¿Qué hacer ante una recaída al dejar de fumar?

Haciendo caso a vuestras peticiones, hoy trataremos el tema de las recaídas. Si consultas bibliografía sobre el problema del tabaco, te harás un buen lío con términos del tipo: recaída, caída, tropezón, resbalón, etc… Yo, al menos, pasado 5 minutos ya no sé de qué estoy hablando.

Es muy importante comprender la liberación del tabaco como un proceso de Aprendizaje, porque sencillamente lo es. Usualmente, suelo compararlo con aprender a montar en bicicleta. Aprovechemos este ejemplo para simplificar conceptos.

• • Mi objetivo: Saber montar en bicicleta.
  • Intento o ensayo: Acción de subir y pedalear hasta frenar o caer.
  • Caer: Simple error que es necesario para adquirir el aprendizaje de montar en bicicleta.
  • Aprendizaje: Suma de intentos que me conducen a dominar la habilidad de montar en bicicleta.
  • Abandono: Interrupción del aprendizaje por miedo o percepción de incapacidad al montar en bicicleta.

Al principio, en una bicicleta pueden ocurrir varias cosas.

1. 1. Que no nos caigamos y eso nos dé confianza para seguir aprendiendo.
   2. Que nos caigamos y volvamos a intentarlo. Le llamaremos ERROR.
   3. Que nos caigamos y sintamos miedo o incapacidad para seguir aprendiendo, abandonando el proceso de aprendizaje. Le llamaremos RENDICIÓN. 

Cuando montamos en bicicleta, podemos cometer dos tipos de Errores: Los que se efectúan al principio por falta de destreza o conocimiento, y, por otro lado, los que ocurren pasado un tiempo por exceso de confianza. La Rendición suele aparecer en los primeros tipos de errores, los que se comenten al principio. Un exceso de confianza puede llevar a una rendición en casos muy excepcionales, como por ejemplo, un accidente grave de bicicleta que nos aparte de las carreteras para siempre.

Con el tabaco pasa lo mismo:

• •  Los fumadores suelen recaer al principio, en los primeros meses.
  •  También sucede pasado el tiempo: o bien ante acontecimientos importantes en su vida (la muerte o enfermedad de un ser querido, una grave depresión, la pérdida de empleo, etc.) o ante un exceso de confianza (un cigarro en una fiesta, o simplemente por probar una calada).

Veamos estos tipos de errores (los del comienzo y los derivados del exceso de confianza) aplicado al tabaco.

Errores típicos del comienzo: Hablamos de fumarnos uno o varios cigarros. Este tipo de errores son habituales cuando intentamos liberarnos del tabaco. Una vez ha ocurrido, el Carcelero (la adicción) tratará de hacer que te sientas culpable. Esta emoción negativa es la única consecuencia preocupante de fumarte unas cuantas caladas a poco de quitarte de fumar. La culpa te llevará a que te sientas mal contigo mismo, veas mermadas tus capacidades, te autocalifiques como incompetente y te dirijas irremediablemente a comprar una cajetilla y volver a ser fumador (Rendición). Por eso, si cometes un error de este tipo, lo mejor es no sentirse culpable, no sentir que estás decepcionando a nadie, considerarlo como parte normal del proceso y seguir para adelante. No tenemos que reiniciar el cronómetro, si llevamos un mes sin fumar, lo seguiremos llevando. Tenemos que ser muy autocompasivos y perdonarnos siempre. Ya hemos dicho en otras ocasiones que una calada o un cigarro suelto pueden incluso llegar a ser en excepcionales ocasiones “necesario” para superar el duelo (Se recomienda leer este post). No obstante, no debes forzar ni provocar este cigarro, debe llegar solo. Recuerda que en el 90% de las ocasiones, cuando un sujeto fuma un cigarrillo, vuelve a ser fumador. Por eso, mucho cuidado con malinterpretar mis palabras: Nunca debes fumar, ni una simple caladita. Otro consejo que no debo dar, pero lo daré, es el siguiente. Si en alguna ocasión pierdes por completo tu voluntad e irremediablemente no puedes controlar poner un cigarro en la boca, intenta no meter el humo en los pulmones. Déjalo en la boca, expúlsalo por la nariz, experimenta su mal sabor y comprende que eso no te va a llevar a ninguna parte. No le des a tu cerebro ni un gramo de nicotina, no reactives el proceso. Con esto no quiero decir que puedas hacerlo, pero que si pasa, evites introducirlo en tus pulmones.

Errores derivados del exceso de confianza: Estos suelen suceder a los muchos meses o años de eliminar al tabaco de nuestras vidas. Como hemos dicho, suele ocurrir o por un exceso de confianza (“me voy a fumar un cigarrillo en la boda de mi hermano, no creo que ocurra nada”) o ante un suceso importante que nos sumerja en un estado emocional negativo (la muerte de un hijo, la enfermedad de un pariente, la pérdida de empleo, etc.) En el primer caso, la solución es muy clara: ¡No te pongas a prueba! (Se recomienda leer este post). En el segundo caso, este tipo de sucesos vitales suelen llegar como un auténtico tsunami a la vida de una persona, sumiéndolo en un profundo dolor y vacío interior. El Carcelero nunca duerme. Cruelmente siempre está expectante a que ocurra algo malo en tu vida, pues para él supone la última oportunidad que tiene para recuperarte, meterte en su zulo y absorberte toda tu vitalidad. No hay nada que te pueda decir hoy que te haga prevenir fumar ante una calamidad. Lo importante es que conozcas el tema, seas consciente de ese riesgo y estés alerta ante algún suceso de esa índole. Fumar no te va a solucionar ningún problema, por grave que sea. No debes caer en el error de pensar “La vida es una mierda, qué más da fumar”. Si algún día te sucede algo de ese tipo, sabrás que aquí estará el grupo para ayudarte. Nunca te quedes solo ante ese inmenso dolor.

El mejor medicamento para la recaída es el perdón, y la mejor prevención la información

P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook

www.fumabook.com