En ocasiones nos encontramos fumadores que argumentan haber recaído por solo un par de caladas o algún cigarro suelto, pero no como un descuido, sino nos lo cuentan con cierta frustración, pena o desencanto por no poderse fumar algún cigarrillo de vez en cuando, aunque sean dos o tres veces al año o en alguna ocasión especial. Quieren dejar de fumar pero no de una forma completamente definitiva.
En efecto, hay personas que desean dejar de fumar, pero reservándose algún cigarro aunque sea de forma excepcional. No quieren hacerse la idea de no volver a sentir ese «supuesto placer» de fumarse un «buen cigarrillo» nunca más en su vida.
Esto que contamos es más frecuente de lo que podemos pensar. Aunque nos parezca descabellado, hay muchos sujetos que creen poder pasar de ser grandes adictos a fumadores ocasionales. Esto es una tarea complicada para el que ha sido un fumador diario de varios o muchos cigarros.
En el momento que uno es adicto, las medias tintas no suele ser una opción. O se es fumador o no se es. Que una persona que lleva meses o años sin fumar, decida libre y voluntariamente encenderse un cigarro pensando que va a poder controlarlo, demuestra que ni ha comprendido de qué trata la adicción, ni ha «digerido» correctamente el desenganche del tabaco.
En estos casos, no estamos ante un intento serio. No hablamos de aquellos que caen ante algún problema grave o calamidad, me refiero a aquellas personas que se encienden el cigarro con plena voluntad de sus actos pensando que aquello no supone un peligro y restando imprudentemente la gravedad que supone llevar a cabo esa conducta.
Con el tabaco no se puede jugar ni coquetear. Fumarse un cigarro no es como beberse un chupito de licor, o como darse un atracón de pasteles. Fumarse un cigarro puede ser la chispa que reactive toda esa maquinaria adictiva que duerme latente en tu cerebro.
Que ya no tengas ansiedad o deseo por fumar no significa que te hayas hecho inmune a la nicotina. La persona que consigue romper sus cadenas se convierte en un ser libre y feliz, pero no indestructible.
Ser adicto es un capítulo de tu vida que has de cerrar para siempre
P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Gracias
Hay que ser conscientes de la importancia de
¡NI UNA CALADA MÁS, PASE LO QUE PASE,