Si tu pareja nunca ha sido adicta a la nicotina jamás te va a entender, aunque fuera «fumador social» en la adolescencia. Incluso, aunque hubiera sido fumador durante muchos años, cada persona desarrolla la adicción de una manera muy distinta con niveles de engaños diferentes. No tiene porqué saber qué pasa exactamente por tu cabeza.
Todo hace que él o ella pueda no saber qué tipo de ayuda necesitas en realidad: si quieres hablar del tema, si no… si quieres que te anime o si prefieres que permanezcas en silencio como una tumba.
Tu pareja no tiene el superpoder de entrar en tu mente. Siéntate y explícale bien qué tipo de ayuda necesitas.
No obstante Fumabook te recomienda evitar el «método de la alfombra» (Puedes verlo aquí).