Hoy nos serviremos de una gran obra del cine para comprender mejor la adicción al tabaco.
Normalmente, cuando dejamos de fumar intentamos proteger nuestra salud y nuestro dinero. Suelen ser los motivos principales por lo que la gente intenta dejar de fumar. En cambio, otros muchos piensan que no van a enfermar o morir por el tabaco. Y son mayoría los que no ven la cuestión económica como un motivo de peso para dejar el hábito. Pero, aparte de la salud y el dinero, hay otro factor muy importante que se obtiene cuando uno acaba con el tabaco: la Libertad.
Imaginemos que el único motivo que tuviéramos para dejar el tabaco fuera recuperar esa libertad; supongamos también que fumar no fuera nocivo para la salud y que los cigarros fueran gratuitos. Pocos lo intentarían, la verdad. La libertad es la gran desconocida. Son muy pocos los que hablan sobre ella. ¿Has visto alguna vez alguna cajetilla donde en vez de poner “fumar mata” venga escrito “fumar te roba la libertad”. A priori parece que nos enfrentamos a un concepto poco atractivo para persuadir a los fumadores.
Gracias a mi profesión (enfermero y psicólogo) he tenido la oportunidad de conversar con cientos de antiguos fumadores. Personas que llevaban años alejados del tabaco. En todos ellos me encontré el mismo mensaje: “Lo mejor de dejar de fumar, la libertad”. Por entonces yo fumaba, y no comprendía de qué me estaban hablando ¿A qué hacían referencia con eso de la libertad? Otra cosa que me llamó la atención fue que la mayoría equiparaban el logro de haber dejado de fumar con otros acontecimientos muy relevantes de su vida. ¿Dejar de fumar podía ser tan importante? Esta realidad y el concepto de libertad, fueron los verdaderos motores que me impulsaron a dejar el tabaco de una forma definitiva. Tuve que imponer una fe ciega y tirar para adelante, pues realmente no sabía de qué me estaban hablando, pero confíe en lo que ellos me estaban contando.
Ya son muchos años los que han pasado desde entonces, y puedo asegurarte que tenían completamente la razón. La libertad ha sido el mayor tesoro que encontré al salir de mi celda. La verdad, no me la esperaba. Por otra parte, debo reconocer que decirle adiós al tabaco ha sido de las cosas más importantes de mi vida, sin lugar a dudas (algo en mi interior me dice que es lo más importante, pero reconozco que no puedo equipararlo con el hecho de ser padre, por poner un ejemplo).
Ahora me encuentro con el gran reto de hacerte llegar a ti eso que a mí me sirvió: la experiencia de cientos de fumadores que habían vencido a la adicción (ellos fueron mis verdaderos maestros). Hoy voy a intentar aproximarte al concepto de «Libertad». ¡Vamos a ello!
Para comprender el papel de la libertad en el problema de la adicción, vamos a estudiar una escena de la película Cadena Perpetua. El argumento se desarrolla en el interior de una cárcel. Alejándome de la trama principal, os cuento lo siguiente. Un interno de avanzada edad a los que todos aprecian mucho, Brooks (preso y responsable de la librería de la prisión), amenaza con matar a otro recluso colocándole un cuchillo en el cuello. En poco tiempo, sus compañeros consiguen convencerle para que lo suelte. Él se derrumba rápidamente entre lágrimas arrepintiéndose de lo ocurrido. En la siguiente escena, sus compañeros debaten sobre los motivos por los que Brooks ha llevado dicha conducta. El actor Morgan Freeman (que desempeña el papel de otro convicto llamado Red) explica que la razón de todo ha sido que le habían concedido la condicional. Es decir, Brooks iba a quedar en Libertad. Tal y como Red dice: Brooks no está loco, está institucionalizado. Lo que quiere decir es que: su compañero Brooks lleva más de 50 años preso, que no conoce otra cosa que la cárcel. Él aquí dentro es un hombre importante, un hombre culto, fuera de aquí no es nada, un viejo inútil con artritis en las manos. Morgan Freeman continúa diciendo: “Estos muros embrujan. Primero los odias, luego te acostumbras y al cabo de un tiempo llegas a depender de ellos”. Uno de ellos le responde: “a mí nunca me pasará eso”, y otro le replica: “¿Qué no?… ya veremos cuando lleves aquí tanto como Brooks”. Ciertamente el anciano sentía pavor por esa libertad que se le venía encima.
Si quieres visualizar la escena completa, pincha aquí.
Morgan Freeman habla de depender de los muros, es decir, depender de la falta de libertad. Los compañeros no lo entienden. Tristemente, cuando Brooks es puesto en libertad, al cabo de los días, y a pesar que le proporcionan una casa y un empleo en un supermercado, no supera su miedo a la libertad y decide quitarse la vida colgándose de una viga.
En la vida, a veces no podemos echar de menos aquello que no hemos conocido. Brooks entró muy joven en la cárcel, ya no recordaba lo que era vivir en libertad. Aunque le hubieran intentado explicar la cantidad de cosas que podía hacer con esa libertad (como pasear, tomar una cerveza con los amigos, etc.), él nunca lo hubiera comprendido. Y es cierto, imagina a una persona que nace presa en una cárcel y vive toda su vida en ella sin conocer el mundo exterior. Este sujeto nunca ha saboreado la libertad ¿De verdad crees que lo echaría de menos? ¿Se puede añorar algo que nunca se ha tenido? Pues no. Eso mismo ocurre con el concepto de “libertad” en el tabaco.
No podemos decirle al fumador que el mayor premio que va a encontrar es la libertad, pues no la conoce, no sabe de qué estamos hablando, su mente no puede imaginar cómo es llevar su vida actual sin la necesidad de introducir su dosis de nicotina cada cierto tiempo. Por otra parte, como le ocurre a los presos que llevan poco tiempo en la cárcel de la película, el que se inicia en el mundo del tabaco cree que nunca le atrapará, también piensa aquello de “a mí no me pasará”. Pero lamentablemente, la adicción al tabaco se convierte en una celda de altos muros y gruesos barrotes que te nublan la mente y tu poder de decisión. Te inculca temor y miedo a salir de ella. Tu puerta está abierta, pero algo te empuja a no salir.
La libertad es el mayor tesoro que hallaremos al apagar ese último cigarrillo
P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook