¿Tú vas a dejar de fumar? Ja, ja, ja….

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Hoy, una compañera del grupo, ha manifestado un suceso que suele ocurrirle a las personas que están dejando de fumar, y es el hecho de recibir algún comentario, supuestamente ofensivo que le puede hacer algún otro fumador. Ejemplos son:

-Vaya tontería que dejes de fumar.
-No debes controlar tanto si no te atreves a fumarte ni uno solo suelto.
-No te merece la pena pasar por ese sufrimiento para terminar fumando.
-Seguro que volverás.
-Etc.

En el libro Fumabook recomendamos, durante los primeros meses, evitar lo que denomino como «reunión de Carceleros», es decir, reuniones con otros fumadores para hablar sobre el tema. Te voy a explicar por qué.

Cuando en el fumador se produce la Disonancia Cognitiva, ésta tiende a reducirse o neutralizarse. Sabemos que el fumador suele reducirla con creencias erróneas. Algunas de éstas vienen respaldadas por un elemento de gran importancia: el Apoyo Social. Esto favorece creencias del tipo de que fumar no es tan malo, pues lo hacen millones de personas, etc.

Este Apoyo Social le ayuda a muchos fumadores para controlar su Disonancia Cognitiva, le «permiten» seguir fumando sin ese «malestar interno».

Es por ello por lo que cuando un fumador se encuentra a alguien que lo está dejando, observa cómo parte de este Apoyo Social se tambalea. Esto le lleva a sentir la necesidad de derribar esa realidad a la que se enfrenta elaborando pensamientos que le hacen convencerse de que esa persona que está dejando de fumar se está equivocando, no lo conseguirá, vivirá amargado sin fumar o no disfrutará la vida tanto como él.

Sin duda, toda la artillería que salga por su boca podrá herir los sentimientos del que lo está dejando hasta el punto que le pueda hacer dudar si volver a fumar.

En estos casos no hay que enojarse con la persona y es preciso comprender todo este proceso que se da en su mente y hemos explicado. Debemos entender que, en ese preciso momento, está sometido a un engaño mental más profundo por parte del cerebro adicto. Por eso no debemos entrar al trapo. Lo mejor es asentir con la cabeza y seguir hablando de otra cosa como si no hubiera ocurrido nada.

Cada fumador está en una fase distinta de la adicción. Tenemos que ser muy respetuoso con ellos, aunque nos duela. Saldremos beneficiados y fortalecidos de esta circunstancia.

http://www.fumabook.com

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