La «Libertad» es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera u de otra y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Muchos argumentan ser fumadores de una forma libre, pero es cierto que el fumador no tiene la facultad de «no obrar» en lo que refiere al tabaco, es decir, no puede dejar de fumar de una forma fácil y directa. Por ello no podemos decir ni que el fumador fuma libremente y, como consecuencia, tampoco podemos afirmar que sea responsable de ser fumador. En efecto, se fuma por una necesidad impuesta por el cerebro adicto, donde la persona es engañada haciéndole creer que él es el que elige libremente.
El engaño es tan PODEROSO que aunque se le muestre esta realidad, el sujeto la niega, la rechaza, usándose argumentos del tipo: fumo porque me gusta o porque me da la gana.
Si el fumador pudiera hacerse consciente solo por unos segundos del engaño al que es sometido, dejaría de fumar al instante, a penas sin esfuerzo y haciéndo desaparecer el deseo de fumar de una manera permanente.
La gran consecuencia de ser fumador es la pérdida de la libertad y la ceguera absoluta ante esta situación. Esto es lo que hace que no sea responsable de ser fumador.
Toda esta argumentación requiere de mucha apertura y humildad por parte del fumador para, al menos, para no ser rechazada.
FUMABOOK 