Si fumas y eres sensible, ¡No leas esto!

La adicción es tan cruel, que cuando leemos artículos como éste, o leemos sobre los problemas de los demás en el grupo, en el fondo nos hace creer que somos diferentes al resto, más especiales, más débiles o que nuestros problemas son ciertamente más graves que los de los demás. Solemos “aliñar” nuestras historias con elementos del pasado para dibujar una situación más dramática: “mis padres murieron pronto; mi padre era alcohólico; soy hijo de padres separados; viví de joven en la pobreza; perdí a un hermano tras una grave y dolorosa enfermedad…”. Es evidente que la adicción se agarra donde puede, y si es en un problema personal, mejor.

(sigue en pág. 6)

2 comentarios

  1. El 15 de enero me levanté de la silla de la costumbre, rompí con lanzas mi rutina de vivir agarrada al maldito cigarro, ”rutina“ y adicción que había sostenido cada día durante más de 50 años.
    Agarrando al toro por los cuernos… ojalá no vuelva a sentarme nunca en esa silla.

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