Nuestra mente, ante la proximidad del día elegido, comienza a elaborar razones por las que retrasar nuevamente la fecha a un “supuesto momento mejor”, empujándonos a lanzar nuevamente el dado. Así, año tras año, y década tras década, vamos saltando de oca a oca, fumando porque nos toca, anhelando llegar a un día en que apagar el cigarrillo se convierta en un acto sencillo y agradable. Desgraciadamente esto no va a suceder. Tarde o temprano toca enfrentarse a los miedos, enseñarles los colmillos y demostrarnos de una vez por todas que nuestra vida es perfectamente compatible con la ausencia de tabaco (sigue en pág. 4)
Totalmente cierto no hay forma de ganarle ..no se le puede controlar..la única forma es eliminándolo de tu vida. Cómo? Tratando la adicción y para eso está este grandioso método.. gratuito y efectivo. Gracias Pablo por tanto!