El Trauma que te hace ser fumador

Muchos piensan que detrás de una adicción hay un trauma de la infancia o de la adolescencia. El único «trauma» al que se enfrenta el fumador inicialmente es el de exponerse a una sociedad que blanquea impunemente a una droga tan adictiva y cuyo consumo produce tantas muertes como es la nicotina. Posteriormente, el consumo nicotina, producirá ciertos cambios cerebrales que facilitarán el desarrollo de la adicción a otra clase de drogas, es decir, deja al fumador en un estado de vulnerabilidad que lo hace más propenso a «engancharse» a otras cosas. La nicotina es la puerta a otras adicciones. No hay trauma, ni vacíos que llenar, ni debilidades, ni miedos, ni inseguridades. El joven de 13 años se pone su primer cigarrillo en la boca para parecer mayor, para transgredir las normas, para imitar a los adultos, para ser aceptado por su grupo, para demostrar que no es un «gallina», para hacerse el duro, para presumir, para parecer más serio o atractivo… El joven no puede evaluar correctamente los riesgos, el joven dispone de un cerebro biológicamente inmaduro propenso a construir adicciones ante el contacto con las drogas. Y eso no es sinónimo de trauma, sino de juventud.

El trauma previo a fumar es social, no individual. Al fumador no le pasa nada hasta que empieza a fumar y su cerebro empieza a cambiar y a volverse enfermo, adicto. El verdadero «trauma» emocional del fumador comienza una vez que empieza a fumar, no antes, en el momento que se pone nervioso sin fumar, se pone triste sin fumar, se enfada sin fumar, no duerme bien sin fumar, no disfruta de las comidas sin fumar, no se lo pasa bien durante los momentos de ocio sin fumar, cuando quiere dejarlo y se frustra por no lo lograrlo, cuando piensa que no puede vivir sin tabaco, cuando lo echa de menos, cuando en un intento cae y se siente como una mierda.

Al fumador no le sucede nada hasta que pone un cigarro en su boca e inhala la primera dosis de la droga que le condenará buena parte de su vida.

Muchos fumadores prefieren pensar que fuman por debilidad, por haber vivido en entornos familiares conflictivos, por quedar traumatizados por algo… sin dudas, argumentos que le sirven para seguir compadeciéndose mientras se autoconvence inútilmente que esos mismos traumas que le hicieron empezar a fumar, hoy no les capacitan para salir de la adicción. MENTIRA, MENTIRA Y MENTIRA. Siento que no estés de acuerdo.

3 comentarios

  1. Estoy totalmente de acuerdo,tengo un compañero de trabajo NO fumador,y siempre que hablamos del tema me dice lo mismo….Mónica tu NO nacistes con un cigarro en la boca,asi que intenta regresar a tu origen.

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