
Aunque siempre se habla de dejar de fumar, lo correcto sería decir «superar la adicción a la nicotina», pues no son la misma cosa. Ejemplos de «dejar de fumar» serían:
- Aquel que ya no fuma pero lo ha sustituido por un vapeador.
- Aquella que ya no fuma simplemente porque está en el periodo de embarazo o lactancia.
- Aquel que no fuma pero sigue consumiendo nicotina a través de chicles, parches, etc.
- Aquel que no fuma porque tiene miedo a enfermar pero vive echándolo de menos.
- Aquel que no fuma pero que está todo el día comiendo para inhibir las ganas de fumar.
- Aquel que no fuma a base de fuerza de voluntad, empleando a diario un gran esfuerzo.
- Aquel que no fuma por cualquier motivo pero le encantaría volver a ser fumador.
- Aquel que está tratando de «superar la adicción» pero se encuentra en los primeros meses sin fumar y aún le queda todavía bastante por aprender para superar realmente la adicción.
- Etc.
El que simplemente ha dejado de fumar tiene una alta probabilidad de echarlo de menos, de caídas y de volver al consumo por una incorrecta gestión de la caída.
En cambio, «superar una adicción» implica 3 cosas fundamentales:
- No consumir nicotina en ninguno de los formatos conocidos (cigarros, parches, chicles, vapeadores, etc.).
- Vivir es una situación en la que no se echa de menos.
- De forma general y en la mayor parte del tiempo, no padecer riesgo de caída. En caso de caída accidental, estar en posesión de herramientas para gestionarla correctamente, sin culpa y sin continuar con el consumo.
Entre «dejar de fumar» y «superar la adicción» hay un gran abismo pero que se supera con una buena preparación. Es decir, si no haces nada y simplemente te pones una fecha y esperas a ver qué pasa, tendrás altísimas probabilidades o de no conseguirlo o de simplemente «dejar de fumar». En cambio, si llevas a cabo una correcta preparación, las probabilidades de «superar la adicción» y vivir como si jamás hubieras fumado, serán mucho mayores.