El bloqueo mental es la fijación hacia el consumo de tabaco, acompañado de un aumento en los síntomas de la abstinencia, pérdida parcial de conciencia sobre la situación y falta de autocontrol.
Normalmente esto se da antes de producirse la caída y durante las primeras horas de consumo.
Este bloqueo o secuestro puede hacer que no rellenemos la «hoja de rescate» antes del consumo, que es la herramienta que pone a tu disposición Fumabook para estos casos. Pero después, siempre habrá que rellenarla.
Cuando las horas o días pasan y uno sigue en el consumo desordenado (reducido o intermitente) sin saber qué hacer, no estaríamos hablando de bloqueo o secuestro, sino de una incorrecta interpretación de la caída, donde la Culpa ha tomado el protagonismo elaborando una cascada de pensamientos y emociones negativas.
El fumador no puede poner de excusa el secuestro mental para no seguir las recomendaciones de Fumabook: rellenar la hoja de rescate y tomar una de estas dos decisiones:
- Seguir sin fumar.
- Fumar la cantidad habitual que fumaba antes del intento.
No hay secuestro mental, por tanto hay que llevar a cabo estas recomendaciones. Hay culpa, que es una cosa muy distinta.
Toda alternativa que se tome intermedia es contraproducente y sumerge al fumador en una espiral de culpa donde las creencias erróneas son reforzadas. Puede salir un fumador más vulnerable de lo que entró. De aquí podrá salir un nuevo Fumador tipo I (sin deseo de dejar de fumar) o un Fumador tipo II incapacitado de por vida.
Un fumador en esta situación es un fumador que aún no se cree que la caída es parte del aprendizaje, un fumador que no se perdona errar. El deseo de fumar ya no es lo realmente importante, sino los pensamientos y emociones derivadas de la culpa.
FUMABOOK 