
Uno de los mayores problemas que hace que a la gente le cueste dejar de fumar es no saber identificar las consecuencias reales de ser fumador. Que no te dé pereza leer este artículo, es muy importante.
Como norma general, el fumador se centra en su tos, la expectoración matutina, su capacidad respiratoria, el olor de su boca, de su ropa o de su casa, la probabilidad de enfermar sus pulmones, sus arterias o su corazón, la influencia en su capacidad de quedarse embarazada o de afectar al feto en caso que ya lo está, etc. ENTENDER EL TABAQUISMO DESDE ESTA PERSPECTIVA ES UN TREMENDO ERROR.
El fumador, con el tiempo, desarrolla la necesidad de consumir una droga, la nicotina. Si no lo hace se siente mal (abstinencia). Satisfacer esta necesidad choca frontalmente con la información que dispone el fumador de que es muy perjudicial para la salud. Lo terrible de todo esto es que, el fumador hace un balance inconsciente, y opta por la opción de seguir machando el cuerpo con tal de satisfacer esa necesidad y no pasar por el calvario de la abstinencia.
El fumador, que no es tonto, necesita argumentar para sí mismo, y muchas veces ante los demás, esa decisión, y para ello elaborará una serie de «falsas verdades» que sustenten su lamentable decisión de seguir fumando. En general, estas verdades suelen ir encaminadas a dos lugares muy diferentes y que generarán dos tipos de fumadores muy distintos:
- Aquellas «falsas verdades» que minimizan el riesgo de fumar: a mi no me matará, yo hago mucho deporte, yo lo puedo dejar cuando yo quiera, etc. Te pondría poner mil ejemplos, en general conducen al fumador a NO QUERER DEJAR DE FUMAR. En Fumabook lo llamamos fumador tipo I.
- En el otro lado están los fumadores que generan «falsas verdades» que degradan la capacidad que uno tiene para dejar de fumar (yo no puedo, yo no tengo fuerza de voluntad, yo no tengo autoestima, etc.) y otras que dibujan un futuro terrible sin tabaco (lo echaré de menos toda mi vida, no disfrutaré de las comidas, estaré siempre de mal humor, etc.). Estos fumadores denominado fumadores tipo II SI QUIEREN DEJAR DE FUMAR, PERO SE SIENTEN INCAPACES Y TEMEROSOS ANTE LA IDEA.
Lógicamente, los seres humanos no somo iguales, por eso podremos encontrar fumadores que se encuentren en esa «zona fantasma» ubicada entre el tipo I y II compartiendo características de ambos grupos.
De esta manera, y como PRIMER PUNTO MUY IMPORTANTE, es necesario que el fumador entienda de una vez y comprenda profundamente, que las consecuencias primeras y más importante de su adicción son esas «FALSAS VERDADES». Los fumadores pueden o no desarrollar cáncer de pulmón, pueden o no sufrir un infarto, pero lo que sí van a presentar en un 100% de los casos es la aparición de estas «falsas verdades» que en Fumabook conocemos como creencias erróneas.
Por eso, no hay que empezar a toser ni a presentar una mancha en el pulmón para acojonarse. El mero hecho de no querer dejar de fumar, la sensación de no tener la capacidad para dejarlo o el miedo a las consecuencias de dejarlo SON SÍNTOMAS GRAVES DE LA ADICCIÓN. Esos son los primeros signos de alarma.
El fumador debe comprender que «creer no tener fuerza de voluntad» es ya en sí un síntoma de su drogadicción, tener miedo a estar unas vacaciones sin cigarrillos es ya un síntoma de su drogadicción, etc.
Hay fumadores que no se atreven a dar un primer paso, como ir al médico, leer un libro para dejar de fumar o simplemente poner una fecha, por simple miedo. Ese miedo y esa parálisis ante dar el primer paso, es ya un síntoma grave de la adicción.
No tenemos que esperar a toser, a querer quedarnos embarazadas o a tener una mancha en el pulmón. Poseer argumentos para seguir tragando un humo que mata nada más y nada menos que al 50% de los que lo consumen y pagando por ello un dineral, es un gravísmo síntoma de que estamos presos bajo las cadenas de la adicción.
No hay fumador más grave que aquel que ni siquiera se plantea dejar de fumar. La anulación del deseo es la expresión más triste de este mal social que se convierte en enfermedad psicológica.
Tú, que sí quieres dejarlo, debes entender que tu sensación de incapacidad, tus inseguridades y tus miedos, son también productos del control mental que ejerce la droga. Nadie en su sano juicio consumiría estas sustancias una y otra vez, día tras día, destrozando su cuerpo, como si no pasara nada. Para ello es necesario antes sufrir una adicción, una drogadicción, un severo trastorno mental que somete a la persona para que no abandone el consume cueste lo que cueste.
Buenas tardes:
Por favor no me envíes entradas por correo. Estoy siguiendo el blog de la web , la web y el grupo de dejas de fumar con fumabook. En cuanto reciba el libro también me podré en contacto para apuntarme a terapia de grupo. Atentamente. Gracias. Un saludo.