En lo más profundo de la cueva de Platón se encuentran todos los fumadores:
- Los que no quieren dejar de fumar por pensar que es un placer o que con su cuerpo pueden hacer lo que quieran.
- Los que desean dejarlo pero viven aterrados ante una vida sin tabaco.
- Los que se angustian ante la idea de echarlo de menos el resto de sus vidas.
- Los que no quieren engordar.
- Los que aún siguen creyendo que el tabaco les ayuda a soportar sus problemas.
- Los que creen que es un problema sin solución.
- Los que no se ven capaces, por falta de motivación o fuerza de voluntad.
Cada fumador construirá su propia sombra sobre el muro a modo de relato o argumento que justifique seguir allí sentado, amarrado a las cadenas de la adicción a una droga.
Todo crecimiento personal, todo aprendizaje, requiere de un esfuerzo, de un peaje que hay que pagar, partamos hoy o dentro de veinte años. El ascenso de la cueva al mundo real no será fácil, pero no tan doloroso como el fumador puede llegar a pronosticar.
Cada pensamiento, duda o miedo que te surja ante la idea de salir, será una sombra más proyectada sobre tu muro. No podemos debatir contigo sobre la realidad que allí se muestra, pues hace referencia a un mundo irreal que solo cabe en la mente enferma de un adicto a la droga. Los que ya no fumamos solo podemos animarte a levantarte para que compruebes con tus propios ojos cómo es el mundo que te espera fuera.
No lo demores ni un solo día más.
FUMABOOK 