
El ser humano tiende a categorizarlo TODO, y esto también ocurre con los fumadores. Que tú veas a fumadores lanzar colillas por la ventanilla del coche, al suelo de la calle o a la arena de la playa, no significa que lo hagan todos los fumadores. Que fumadores expulsen su humo junto a tu rostro o fumen en el interior de sus vehículo en presencia de menores, no significa que esto lo hagan todos los fumadores. Existen fumadores maleducados al igual que existen no-fumadores maleducados. La persona que no tiene educación tirará al suelo lo que tenga en la mano, sea una colilla o el envoltorio de un caramelo. La única verdad es que lo que sí existen son personas maleducadas, y dentro de ellas, las hay fumadoras y no fumadoras. Ciertamente es lamentable que las calles estén llenas de colillas por el suelo. El acto de lanzar el cigarrillo, aplastarlo con el zapato y dejarlo ahí tirado, es realmente inaceptable.
Con esto quiero decir, que no tiene sentido que uno se vuelva un “antifumador”, pues de estos los hay buenos y malos, como todo en la vida. El problema en este caso es la educación, no el tabaco.
Si decides ser fumador, respeta a los que no fuman, nos les haga respirar tu humo, y no abandones tus colillas en cualquier parte.