Cuando de algo se sabe poco, todo el mundo opina. Eso precisamente es lo que ocurre con el tema de “cómo dejar de fumar”. Esto favorece que se produzcan principalmente dos hechos:
1. Que cualquier médico o enfermero se atreva a dar recomendaciones por el simple hecho de ser un profesional sanitario independientemente de la formación que tenga sobre tabaquismo.
2. Que las personas que han logrado dejar de fumar, se animen a aconsejar a otros fumadores guiados únicamente por su experiencia personal.
Estos sucesos favorecen la formación de una “culturilla popular” que deja al tabaquismo como un problema que puede solucionarse con un puñado de consejos.
¿De verdad piensas que se deja de fumar mascando chicles, haciendo deporte, bebiendo agua, limpiándote los dientes después de comer o dándote duchas de agua fría? Lo siento, esto no funciona así.
En otras muchas ocasiones nos centramos sobre los daños ocasionados por el tabaco. ¿crees acaso que tomar infusiones y frutas te ayudarán a limpiar los pulmones y esto a lograr tu objetivo de dejar de fumar?
Todas estas medidas son formas de perder el tiempo y quemar oportunidades valiosísimas que se da el propio fumador para dejar de consumir cigarrillos. ¡No se pueden desaprovechar inútilmente!
Dejar de fumar es sinónimo de SUPERAR UNA ADICCIÓN, y esto es un tema que nos queda muy grande a la mayoría de nosotros.
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