Los 10 mandamientos al dejar de fumar

El motivo principal al dejar de fumar debe ser «la cura de la adicción» a la droga (nicotina) entendiendo que es un trastorno en sí (una drogadicción), y no simplemente prevenir la enfermedad o la muerte que puede producir el tabaco.
El fumador debe «querer» dejar de fumar y no sentir que «tiene» o se siente obligado o forzado a ello.
Se deja de fumar con la idea que no se va a fumar ni en ocasiones especiales. Al tabaco nunca se le controla ni tras décadas sin fumar.
Se tiene que entender que las caídas pueden formar parte del proceso, y que de las cuales se deberán extrae un aprendizaje y evitar la culpa.
Hay que tener muy claro que fumar no produce placer, sino que satisface una necesidad que la propia adicción genera y que con el tiempo, si no se fuma, desaparece por completo. Tampoco trata la ansiedad.
Los cigarrillos electrónicos o vapeadores con nicotina no son un método para curar la adicción, que sea menos nocivo que un cigarrillo convencional no lo convierte en un método para tratar un trastorno adictivo tan serio. Cuidado con los vendedores que se infiltran en las redes sociales.
No es lo mismo «dejar de fumar» que «curar la adicción». Los residuos psicológicos y físicos tardan años en desaparecer.
Todo el mundo puede curar su adicción, independientemente de sus problemas personales.
La fuerza de voluntad no es la clave para dejar de fumar, solo es un factor más entre varios que intervienen en el proceso de dejar de fumar. Si no se tratan los otros aspectos, la fuerza de voluntad resulta completamente inútil.
Al dejar de fumar no se debe buscar información en personas que fuman o que también lo están dejando, ya que estará manipulada por sus propias adicciones. Solo ha de contactarse como apoyo emocional sin entrar en asesoramiento técnico sobre el proceso.