La fuerza de voluntad no te HARÁ dejar de fumar

Por muchos esfuerzos que hagamos, nos cuesta derribar esa falsa creencia de que “fumar es cuestión únicamente de fuerza de voluntad”. Hoy venimos a reforzar algo más nuestros argumentos. Lógicamente, dejar de fumar, como cualquier cosa en la vida, requiere de cierta fuerza de voluntad. Simplemente para ir a trabajar, para hacer la comida o para hacer las tareas de limpieza del hogar, también es necesaria. Otra cosa muy distinta es pensar que con la fuerza de voluntad se cura una adicción. Te voy a poner un ejemplo para que lo entiendas.

Una persona que sufre depresión y a la que le cuesta salir de casa, deberá poner de su parte, con fuerza y constancia, para ducharse por la mañana y poner un pie en la calle. Aunque eso sea cierto, también lo es que con esa fuerza de voluntad no va a curar su depresión. Son cosas muy distintas. La “fuerza de voluntad” es un elemento más como puede serlo la intención o el propósito que pueda tener un fumador en dejar de fumar. Esta intención es fundamental, pues si la persona no tiene intención de dejar de fumar, lograrlo será una cuestión imposible, pero eso no significa que con la “intención” se deje de fumar. Sería una tontería afirmar eso.

Tristemente me sigo encontrando a muchos fumadores que me dicen que ellos sí que lo dejaron con fuerza de voluntad. Si dejamos de fumar de esta manera, corremos el riesgo de dejar intacta la “adicción” en el fondo, aumentando las probabilidades de sufrir, de echarlo de menos toda la vida, de comer más por ansiedad y sufrir sobrepeso, etc.… de quedar en una situación en el que uno añora el tabaco.

Toda esta circunstancia hace que sea muy necesario tratar la parte “psicológica” del problema, fundamentalmente abordando el componente social del tabaquismo y el factor cognitivo que interviene de una manera tan determinante en el proceso. De esta manera, la fuerza de voluntad que debas poner en juego será más reducida, más “soportable”, y los resultados que obtengas serán más estables y duraderos.

Si seguimos tratando al tabaquismo como un simple vicio, estaremos permitiendo que la gente opine libremente sobre esta enfermedad sin tener conocimientos. Una vez comprendamos que nos enfrentamos a un verdadero trastorno de la mente, no nos atreveremos a ser tan simplistas y atrevidos. Decir a los cuatro vientos que dejar de fumar es cuestión únicamente de fuerza de voluntad es un auténtico un acto de ignorancia e irresponsabilidad.

www.fumabook.com

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