
Un arquitecto tenía que hacer un proyecto de un gran Centro Comercial que constaba de una maqueta, los planos y la exposición frente a un centenar de grandes empresarios.
Era un arquitecto de primera, pero le angustiaba las multitudes y recibir duras críticas. Ése fue el motivo por el que, a medida que se acercaba la fecha de presentación, retrasó varias veces el día, pues siempre percibía fallos o detalles que sentía que debía rectificar. Excusas para demorar lo inevitable: el día de la presentación.
Hay fumadores que se enfrascan en la compleja misión de conocer al milímetro a su adicción, derribar cada una de sus creencias antes de que llegue el gran día o hacer un kilométrico diario personal…todo como muestra de una terrible inseguridad que les obliga a estirar al máximo el proceso de preparación. La preparación teórica tiene su límite. Hay un momento en el que ya no se debe esperar más y se tiene que pasar al verdadero aprendizaje práctico.