En Fumabook explicamos como en la fase de «Precaución» un estado emocional negativo derivado de un suceso no deseado puede empujarnos inesperadamente a una peligrosa caída. Esta situación también puede darse, obviamente, durante la fase de Abstinencia, ya que estamos en una posición de mayor vulnerabilidad.
El problema viene cuando sucede lo siguiente. Hay fumadores que no soportan estar sin satisfacer el deseo de fumar, llevándoles a tal punto que fuerzan «un estado emocional negativo».
¿Cómo es posible esto? Lo que oyes, el fumador es capaz de construir una situación que derive en un estado emocional negativo. La persona puede forzar distintos escenarios: tensión en la relación con su pareja, un fuerte conflicto con sus hijos, abriendo una antigua disputa familiar… ¡Lo que sea! Cualquier cosa es buena si nos puede llevar a configurar una buena historia que justifique un cigarrillo.
Obviamente esto no lo hace el fumador premeditadamente, como urdiendo un plan malévolo, ni mucho menos… Es el mono o la ansiedad de nuestro carcelero por lograr su dosis la que nos va moviendo los hilos hacia el abismo.
Pues eso, que el que no tiene problemas, se los busca…
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