
Una de las cuestiones que le suele preocupar al fumador es el efecto físico que produce el tabaco: el amarillo de los dientes y dedos, las arrugas en la piel, etc.
Esto lleva, a veces, sobre todo en las fumadoras, a que se genere expectativas excesivamente elevadas a la hora de dejar de fumar. Así es, muchas piensan que si dejan de fumar van a rejuvenecer 10 años. El problema de todo esto es que cuando comprueban que esto no se produce, se desmotivan y vuelven a fumar.
El fumador no debe preguntarse cuánto rejuvenecerá sino cuánto no envejecerá a partir de ahora si deja de fumar. Hay signos físicos que aparecen con los años tras el consumo de tabaco. Algunos de estos signos son algo más visibles en las mujeres, pues pueden estar más ocultos por la masculinización en el cuerpo de los hombres. Por ejemplo, la voz áspera, grave o ronca, y ese aspecto seco, arrugado y de color amarillento cenizo en la piel. No es raro ver mujeres fumadoras mayores de 50 años con el Síndrome de E.T., presentando la piel ese aspecto similar al del extraterrestre de la película de Steven Spielberg, y esa voz áspera o ronca parecida también a la del personaje.
Por todo ello, el fumador más que pensar cómo de joven se pondrá, debería plantearse cómo sería en el futuro si sigue fumando.
No obstante, recordad que los efectos que se producen en el interior del organismo son muchos más serios y devastadores que los que se puedan ver en la piel o dientes. Además, Fumabook siempre recomienda que el fumador se centre en CURAR SU ADICCIÓN, que es el problema mayor que tiene en el presente. Al curar la adicción lo demás vendrá solo.
Así que ya sabes, si no te quieres convertir en E.T. el extraterrestre deja de fumar hoy mismo.