
Es muy frecuente encontrar fumadores que intentan fumar menos o suprimir ciertos cigarros del día como estrategia previa a dejar de fumar. Veamos si esto servirá o, por el contrario, puede perjudicarnos.
Siguiendo la filosofía Fumabook, recordemos que el fumador tiende a eliminar la Disonancia Cognitiva o a reducirla a un nivel tolerable/soportable. En los primeros años como fumador, la persona suele resolver este problema con la elaboración de creencias erróneas del tipo: si dejo de fumar no seré feliz, si dejo de fumar viviré ansioso, si dejo de fumar dormiré peor, etc.
Años más tardes, es frecuente que la Disonancia Cognitiva vuelva a surgir con fuerza. Los motivos pueden ser muy diversos: estar buscando un embarazo, perder a un ser querido por culpa del tabaco, sentir que tu salud se está resintiendo por fumar, etc. Cuando esto ocurre, la persona suele querer planificar un intento para dejarlo. Cuando esto no se consigue o se ve como un objetivo inalcanzable, el fumador necesita, si no puede eliminar la Disonancia, al menos reducirla. Para ello podrá optar por una opción muy frecuente: La reducción del número de cigarrillos, fumar tabaco de liar o fumar solo parte de cada cigarrillo. Todo esto va encaminado a pensar que de alguna manera está perjudicando menos a su cuerpo, sus pulmones, su corazón ,etc.
Esta forma de reducir no solo no te servirá para dejar de fumar, sino que podrá hacer tu engaño más potente, logrando que la adicción se haga más grande y tú más pequeña. El fin de todo esto es que, tarde o temprano, vuelvas a fumar más, tu cantidad habitual o mayor, por lo que te generará frustración, haciendo que tengas un peor concepto de ti (baja autoestima), menos ganas de intentarlo de nuevo (baja motivación) y la opinión de que vencer a tu adicción es algo casi imposible o imposible del todo (reto insuperable): una combinación realmente explosiva que te llevará a convertirte en un «fumador para toda la vida». Es decir, te encontrarás en una situación más desfavorable que antes de efectuar esa reducción.
Dejar de fumar se consigue cuando tú dejas de darle la dosis de nicotina a tu querido Carcelero (cerebro adicto). Es en ese preciso momento cuando el Aprendizaje avanza y los cambios en tu interior comienzan a producirse. Fumar menos supone seguir dándole su maldita dosis, cada más tiempo, pero se la sigues dando, y así él sigue ganando. ¡Esto no lo puedes consentir!
Solo en el caso que se programe una reducción muy estructurada y planificada por un profesional en tabaquismo, en casos muy concretos, puede estar justificada una estrategia de este tipo.
Recuerda, SIEMPRE SE DEJA DE FUMAR DE GOLPE, pues no importa si le das nicotina cada mucho o cada poco, pues le sigues dando. El gran viaje empieza cuando se lo dejas de dar, es decir, cuando de golpe tu cerebro adicto ya no tiene su golosina.