
Para leer este post es necesario antes conocer bien la propuesta de Fumabook. Recordemos que la fuerza de voluntad NO es un factor clave a la hora de dejar de fumar, tiene un papel necesario pero limitado, al igual que muchos otros aspectos.
El problema viene porque algunos fumadores al dejar de fumar, con el paso de los días o semanas, empiezan a olvidarlo. Poco a poco y sin que se den cuentan van abandonando esa perspectiva de centrarse en el trabajo que Fumabook propone (el trabajo con las creencias erróneas, etc.) y van cayendo en la trampa de adoptar una posición pasiva en la que la persona se conforma o cree que está haciendo lo correcto por el simple hecho de «resistir el malestar» (El desastroso método de la fuerza de voluntad).
Esta perspectiva errónea de la Fuerza de Voluntad está muy instaurada en nuestra sociedad, y por tanto en las mentes de todos. De este modo, cuando alguien empieza a dejar el tabaco tiene que hacer un esfuerzo en no aplicar esta perspectiva. A medida que la abstinencia aparece, si el fumador no ejecuta correctamente la filosofía de Fumabook, se irá nuevamente desgastando, entrando en la zona de la Fuerza de la Voluntad. Ésta actuará como una goma elástica que tirará fuertemente para que el fumador caiga en esta trampa de aguantar por aguantar, de resistir por resistir. Será una tentación a la que el fumador se deberá enfrentar. Todo fumador que se conforme con soportar el vendaval de la abstinencia, se terminará cansando, quemando y cayendo en los brazos de la adicción. En el mejor de los casos dejará de fumar, pero arrastrando sus creencias erróneas que le hará más vulnerable a una recaída futura, o a viviendo toda una vida echando de menos al tabaco.
Tienes que tener muy en cuenta todo esto que te digo.