La trinchera infinita (dejar de fumar)

Hoy volvemos al cine para comprender un poco más la adicción al tabaco. ¡Cuidado que haré spoiler!

La película de hoy es “La trinchera infinita”. Este largometraje habla de Higinio, un hombre andaluz que, tras la guerra civil española del siglo pasado, permanece 30 años escondido para no ser capturado y asesinado por personas del otro bando.

Al final de este largo cautiverio en un pequeño zulo de su casa, Higinio escucha por la radio que los delitos han prescritos, ya puede salir en libertad. Su mujer, Rosa, llena de ilusión por poder romper el secreto y poder salir con su marido a la calle, le dice que tiene que comprarle ropa nueva. En otra escena, Higinio permanece pensativo en su zulo, dejando libres sus pensamientos que lo inundan de un intenso miedo, ya que sabe que uno de sus vecinos siempre le quiso ver muerto. A continuación hay una conversación que lo muestra:

-Higinio ¿Por qué te has quitado los pantalones?

-Yo que sé, Rosa.

-Yo qué sé, ¿qué?

-No es lo mismo lo que anuncien en Madrid que si un vecino que te tiene interés te busca.

-¿Qué vecino? ¿Qué estás diciendo? ¿Tú no has visto lo que han dicho por la radio? , lo han sacado en el periódico y todo.

-Aquí tampoco se está tan malamente.

-Venga ya

El miedo le invade y le domina cuando él dice “Aquí tampoco se está tan mal”. Es el momento en que sus pensamientos están en plena ebullición. Obviamente Higinio desea salir de su cárcel y hacer una vida normal, pero el temor a ser asesinado le puede.

En otra escena él está en la puerta de la casa, dudando, pero decidido a dar el paso para alcanzar la Libertad. ¡Hace 30 años que no pisa la calle! Observa a un lado y a otro para comprobar que sus temores no se materializan. Se decide y pone un pie fuera. A medida que va avanzando comprueba que allí nadie le está esperando para hacerle daño. Definitivamente se tranquiliza cuando se cruza con uno de los vecinos del pueblo que le dice “Buenos días”.

Todo esto nos recuerda al momento en que el fumador se acerca al último cigarrillo y los miedos empiezan a someterle, haciéndole concluir que “aquí no se está tan malamente” y así seguir fumando. Cuando el momento de dejar de fumar se va acercando, los pensamientos del fumador también llegan a un punto de ebullición que lo empuja a un fuerte miedo que lo hará retroceder. Si el fumador se decide, al igual que Higinio, verá como fuera del zulo de la adicción tampoco ocurre nada malo.

En otro momento anterior de la película, podemos ver a su hijo reprochándole su actitud de no querer salir a la calle, tal y como le ocurre a las personas del entorno del adicto que nunca han fumado y no comprenden al fumador en su decisión de no querer dejar el tabaco:

El hijo le dice a su padre: “Era un cuento de un gallina que no tiene pelotas de salir a la calle. Me dais una pena los dos (por Higinio y Rosa). Ahí fuera no hay nadie esperando a que salga para comérselo vivo ni para hacerle nada».

Os recomiendo ver la película.

http://www.fumabook.com

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