
Hoy vamos a analizar de nuevo una película que nos ayudará a comprender cómo funciona la adicción al tabaco. Concretamente hablaremos de The Village (en España, El bosque; en México, Chile y Argentina, La aldea).
Voy a destripar buena parte de su argumentación, por lo que, si no la has visto, te recomiendo que no sigas leyendo para así poder disfrutarla. Aunque parece cine de terror, no lo es en absoluto. Miedo, miedo… no vas a sentir. Empecemos…
En la aldea donde viven los protagonistas, cuentan la historia de que en el bosque viven unas criaturas muy peligrosas. Éste es el motivo por el que nadie debe cruzar los límites de la aldea y adentrarse en él. Un día, Lucius (Joaquín Phoenix) es herido gravemente y necesita medicamentos. Su prometida, inmersa en un terrible dolor, decide, a pesar de su ceguera y del temor a dichas criaturas, atravesar el temido bosque en búsqueda del tratamiento que salve a su amado. Nadie de los que allí habitan se atreven a caminar por aquel lugar ni tan solo unos metros. Los muchachos juegan a comprobar quién aguanta más en los límites de la aldea sin ser devorado por las bestias del bosque.
En realidad, estos seres no existen, son una recreación de los adultos para que los jóvenes no tengan la tentación de ir a la ciudad y exponerse a los peligros del mundo real. A pesar de ser una historia inventada, los chicos no lo saben y por eso sienten verdadero pavor cuando se aproximan al bosque o tan solo imaginan la idea de entrar en él. Esto mismo es lo que le sucede al fumador cuando se plantea dejar el tabaco o lo intenta. Su cerebro visualiza sucesos negativos que realmente nunca van a ocurrir, que no son ciertos, pero eso no impide que sientan terror, ansiedad, tristeza, etc. En el mundo del tabaco también existen personas que alimentan esas mentiras, al igual que hacían los adultos en la aldea, y son los fumadores que desaniman a aquellos otros fumadores que quieren intentarlo.
Al cruzar el bosque no hay droga ni adicción, pero el miedo a esas supuestas criaturas hace que lo pases realmente mal. ¿Y si ocurriera lo mismo cuando intentas dejar de fumar? ¿Y si realmente no existieran esos monstruos en «el bosque de tu adicción»?
Los que ya hemos cruzado el bosque sabemos que allí no habita ser alguno. Vivir en la aldea (ser fumador) es lo que realmente nos hace estar ciegos y engañados para que no intentemos cruzar el bosque (dejar de fumar).
Que tú sientas miedo por algo no significa que ese algo sea malo, sino que quizás lo desconozcas o que la información que dispongas sobre ello sea falsa.
Creo que ha llegado la hora de hacer oídos sordos y cruzar tu bosque sin capuchas y con un vestido de un rojo muy intenso (si has visto la película lo entenderás).