Los cuatro cigarros del Apocalipsis

Imagen de Pixabay

No todos los cigarros que se fuman las personas que están dejando el tabaco tienen el mismo significado. Por eso es importante conocerlos para realizar una correcta interpretación:

1. El cigarro que enseña: este cigarro puede o no aparecer, pero si lo hace tiene un valor positivo incalculable. Suele aparecer durante el primer año. Es fumado parcialmente o en su totalidad y surge ante una situación de crisis en la que la persona siente perder el control. El cigarro se adquiere y se enciende de una forma poco consciente. Este cigarrillo proporciona experiencia, aprendizaje, es decir, le permite sacar conclusiones y medidas correctoras para evitar que ocurra otra vez. Este cigarro puede generar mucha culpa. Si no se gestiona bien esta culpa es posible que la persona abandone el intento y vuelva a fumar con normalidad. El cigarro (o cigarros) que enseña tiene que aparecer solo en una ocasión aislada y marcará un antes y un después, pues aportará consciencia del problema al fumador. Si aparece de vez en cuando, no será un cigarro «que enseña».

2. El cigarro que engaña: este cigarro se fuma de una manera más consciente apoyándose sobre ciertas argumentaciones del tipo: por uno no pasa nada, me vendrá bien porque estoy con mucha ansiedad, así no puedo seguir, al menos estoy reduciendo o fumando menos, yo lo tengo que hacer poco a poco a mí manera, etc. Este cigarro no solo no aporta ningún Aprendizaje, sino que, además, suele ser contraproducente, pues alimenta el engaño al que está sometida la persona. También aparece en el primer año. Son un verdadero veneno para nuestra mente, pues disminuye la consciencia real sobre el problema.

3. El cigarro cruel: este cigarro suele aperecer sobre todo después del primer año ante una calamidad personal: despidos laborales, desahucios, divorcios, muertes o enfermedades familiares, etc. La persona suele sentirse mal en estas situaciones y su «memoria emocional» le hace recordar que cuando se sentía mal (al tener abstinencia) mejoraba con un cigarro. Lo que no sabe es que este malestar no está causado por falta de nicotina, sino por un problema personal, por eso el cigarro nunca le ayudará. En ese momento, tras los primeros cigarros, la adicción se reactiva y vuelve a pedir de nuevo su dosis. Este cigarro es responsable de un gran número de los fracasos después del primer año, pues además la persona se siente respaldada a seguir fumando por padecer un grave problema que lo justifica y por lo que nadie se atreverá a decirle nada.

4. El cigarro inofensivo: Este cigarro aparece tras el primer año o incluso después. La persona siente que ya no le hace falta y puede controlarlo. Suele aparecer en fiestas, celebraciones o por la simple curiosidad o reto de saber si se es capaz de fumarlo controladamente sin que ello suponga caer… también en ocasiones para recordar su sabor. Muchos son los fumadores que vuelven por este «cigarro inofensivo».

Después de saber todo esto, recuerda que solo te puedes permitir de una forma PUNTUAL Y NUNCA BUSCADA PREMEDITAMENTE el «cigarro que enseña» y evitando a toda costa la CULPA.

www.fumabook.com

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