
Es demasiado frecuente que, cuando se deja de fumar, aparezcan las dudas y las incertidumbres. Ante esto la estrategia más adecuada es la Prevención. En este caso la mejor forma de prevenir es la “información” procedente de una fuente fiable (un fumador, una persona que está dejando de fumar o la experiencia personal de alguien que lo haya dejado NO supone una fuente fiable. Es necesario tener una visión más amplia y experta del tema).
Dejar de fumar es como aprender a conducir. A nadie le cabría en la cabeza que alguien sin conocimiento de las normas de circulación se atreviera a coger un coche. Es como si se saliera a la carretera y al ver una señal de “prohibido adelantar”, bajara la ventanilla y comenzara a gritar preguntando a los demás conductores y viandantes qué significa esa imagen y qué debe hacer en este caso. Lógicamente ése no es el mejor momento para solventar una duda.
De esta misma forma, el fumador en pleno primer mes de abstinencia, debe estar muy bien informado previamente y no preguntar a la desesperada que “si es normal sentir ansiedad, qué cuándo desaparece el malestar, que si le hará bien un medicamento u otro… o cualquier otra consulta». Antes de empezar a dejar de fumar es cuando hay que responder a todas esas preguntas. Es cierto que muchas veces no caemos en esas cuestiones, pero para eso tenemos todo el material Fumabook donde se responden a todas las preguntas “que pueden ser de interés” cuando uno está dejando el tabaco.
Así que no des ni un paso más hasta que tengas muy controlada la parte teórica.