Muchos fumadores sienten que, a pesar de recibir tratamientos o recomendaciones para dejar de fumar, no lo consiguen debido a características de su personalidad.
Ejemplos son:
– Yo es que soy muy tozudo.
– A mí no me van los psicólogos.
– Yo tengo un carácter muy complicado.
– A mí no se me convence tan fácilmente.
– Yo soy de ideas fijas.
– A mí no hay quien me cambie.
Si este es tu caso, lamento decirte que ésta es otra excusa que utiliza tu cerebro adicto para posponer una vez más el objetivo de dejar de fumar.
Cada día que pasa sin dejar de consumir la droga, es un día más sin libertad, sin salud y bajo el sometimiento de una grave adicción. Todos los fumadores… TODOS… creen que sus motivos son suficientes para seguir fumando. Si no fuera así, no seguirían haciéndolo. A ti te pasa lo mismo, aunque no lo creas. TÚ CASO NO ES ESPECIAL.
Si crees que el motivo por el que no lo consigues es tu «carácter o tu personalidad», ve haciéndote la idea de que vas a fumar toda tu vida, pues estos no cambian en condiciones normales, no te vas a levantar un día siendo una persona distinta.
Lo mejor que puedes hacer es convencerte que tú y tu forma de ser tienen poco o nada que ver con que seas fumador.
Aparta ya las falsas excusas y ponte una fecha.