Cuando quieres implantar un nuevo hábito saludable como salir a correr o pasear todos los días a las 6 de la mañana tienes que luchar contra la pereza de levantarte temprano, vestirte y soportar el esfuerzo físico. Por otra parte debes salvar la tentación de seguir en la cama, calentito y agustito un ratito más. Obviamente, aquí tiene un papel primordial la «fuerza de voluntad».
Imagina ahora que tenenos un amigo que lleva 1 año sin salir de casa por culpa de sufrir una depresión. Decidimos ir a su casa para animarle a salir. Le decimos: «hombre, no puedes hundirte, tienes que poner de tu parte, échale fuerza de voluntad, vístete todos los días y vete a la calle a pasear».
Este escenario ocurre más de lo desearíamos. Mucha gente no entiende que la depresión es una enfermedad que puede anular a la persona. El que queda encerrado en casa no lo hace por capricho ni por falta de fuerza de voluntad. Es algo mucho más complejo.
Con el tabaco pasa algo parecido. A la sociedad le cuesta mucho comprender que la adicción a la nicotina es una enfermedad que no se cura simplemente con fuerza de voluntad. Como en otras enfermedades, hay adicciones más leves y otras más severas. Tristemente es habitual encontrar a fumadores que consiguieron salir de una adicción menos agresiva con el método de la fuerza de voluntad proclamando a los 4 vientos que dejar de fumar es solo cuestión de voluntad, de echarle un par de narices. Ésta es una equivocación muy extendida. Ocurre como en aquellas personas que consiguieron salir de un breve periodo de tristeza o bajón y se dan el lujo de aconsejar a enfermos que padecen graves síndromes depresivos.
La adicción al tabaco, frente a otros retos como pueden ser el de llevar una dieta saludable o hacer ejercicio físico, posee un componente patológico, es decir, de enfermedad, y en muchísimos casos no es suficiente con la simple y equivocada técnica de la fuerza de voluntad.
Dejar de fumar es como levantar un gran peso. Si no estás lo suficientemente preparado y entrenado físicamente, no lo lograrás levantar por mucha fuerza de voluntad que pongas.
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Hola yo tuve un problema de salud y ingresé un domingo hace cinco meses me operaron de urgencia y me dijeron que no podía volver a fumar porque eso puede acelerar en que me pase otra vez. Mi pregunta es yo no fumo porque tengo miedo y a ese miedo como lo llamo dejarlo por miedo. Por fuerza no se porque lo llevo fatal.
Dejar de fumar empujado por el miedo no suele tener buen resultado. Lo ideal es llevar a cabo una preparación correcta para tratar la adicción. En nuestra página encontrarás gratuitamente toda la información que te hace falta.