Algunos cometen el terrible error de creer que, a los meses o años de dejar de fumar, ya tienen controlada a la adicción o que su cerebro ya ha quedado inmune a la nicotina.
Esto les anima a fumarse un cigarrillo suelto en alguna ocasión especial como puede ser una boda. Tristemente esto suele terminar con el regreso total al consumo de tabaco.
A la adicción no se le controla, se le ignora. Tu objetivo pasa por no volver a probar ni un solo cigarrillo, ni una sola inhalación de humo.
«Después de 8 meses creí que ya lo tenía controlado y me compré una cajetilla de cigarrillos para la boda de mi hermano. Desde entonces he vuelto a ser fumadora»