El humo no es lo peor para los niños…

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El humo que expulsamos delante de nuestro hijo es malo para su salud, pero mucho peor es el mensaje que le estamos haciendo llegar con nuestra conducta. Para un niño, lo que hace su madre y su padre tiene una gran influencia. No solo por aumentar la probabilidad de que sean fumadores, sino colaborando en esa visión futura que tengan sobre el tabaco y el papel que juega éste en la sociedad. Es decir, no solo se podrán convertir en fumadores con más facilidad, sino que influirán en su entorno, en sus amigos, su pareja y sus futuros hijos perpetuando esta ceguera social que provoca tantos millones de muertes al año en el planeta. Si eres fumador y no consigues dejarlo, intenta fumar cuando ellos no estén delante, y cuando te pregunten por tu adicción, háblales como un problema serio que debes de resolver, informándoles sobre el grado de extrema dependencia a donde puede llegar un fumador.

No solo es cuestión de que no traguen tu humo, lo más importante es que no asuman el acto de fumar como algo normal y sin importancia.

Una de las creencias erróneas más habituales entre los fumadores es que el hecho de fumar no tendrá tanta influencia en sus hijos, y que si quieren fumar lo harán de todas formas, hagan lo que hagan. Esto no es cierto del todo… ¡Algo podemos hacer!

Con este post no quiero que te sientas culpable, tan solo deseo que actúes con responsabilidad. Que haya «fumadores hijos de no-fumadores», y «no-fumadores hijos de fumadores» no significa que lo que tú hagas no influya en sus futuras decisiones.

Aporta tu granito de arena para no perpetuar el problema.

http://www.fumabook.com

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