Siempre decimos que un requisito esencial para poder derrotar a nuestro enemigo es conocerlo con detalle y así detectar sus puntos débiles. Para ello, hoy continuaremos adentrándonos en la figura del Carcelero para seguir descubriendo sus métodos y artimañas.
La adicción al tabaco dispone de muchas armas con la que enamorar a su víctima. Una de las herramientas que usa de forma muy poderosa, sobre todo en los primeros años, es la “Ilusión de la puerta abierta” ¿Qué esto?
Comencemos con la definición que nos interesa de la palabra ilusión por parte de la Real Academia de la Lengua Española: «Imagen sugerida por los sentidos que carece de verdadera realidad».
Ahora pongamos un ejemplo. Imagina que eres una chica a la que presentan en un bar a un hombre y decides acudir a su apartamento para tomar unas copas y lo que surja. Ponte en la situación que, al entrar en su piso, él cierra la puerta, colocando un gran candado y metiéndose la llave en el bolsillo. ¿Qué crees que sentirías en ese momento? Miedo, inseguridad, etc. Pensarías ¿por qué alguien iba a querer cerrar por dentro con un gran candado y sin dejar la llave puesta?… pues para que nadie pudiera salir de allí sin su consentimiento.
Claramente esta situación nos llevaría a sentirnos con mucho miedo y malestar, y acabaríamos por poner una excusa para salir de allí lo antes posible.
Ahora imagina que esa misma persona, al entrar en su piso, cierra la puerta sin echar ninguna llave ni ningún cerrojo. Inconscientemente evaluaríamos esa situación como normal. No podríamos percibirla como una privación de libertad.
Pero es curioso, ya que se trata del mismo individuo, solo cambiaría la situación. Si estamos ante una persona que nos quiere hacer daño, no importa que eche la llave o no, estamos igualmente en una situación de riesgo y peligro. Esta misma estrategia es la que utiliza el Carcelero para meternos de lleno en la adicción.
Cuando uno es joven, la adicción te “deja la puerta abierta del zulo”, para que pienses que puedes entrar y salir cuando desees. De ahí ese pensamiento en los adolescentes fumadores de “yo puedo dejar de fumar cuando quiera”. Esa sensación de falsa libertad o esa ilusión de puerta abierta, es lo que hace que, por una lado, mucha gente empiece a fumar y, por otro, que muchos fumadores consolidados no deseen dejar de fumar.
En efecto, hay fumadores de muchos años que no desean dejarlo porque piensan que para ellos no es un problema ya que creen poder dejarlo en el momento que más les plazca. Este es un ejemplo más de creencia errónea de primer nivel. Un verdadero autoengaño de libro que permite seguir fumando al sujeto, un año, y otro, y otro más sin que ni siquiera se plantee dejarlo, ya que no tiene la sensación de pérdida de libertad.
Esta estrategia del Carcelero es muy efectiva pues, durante los primeros años, te permite entrar y salir del zulo dando tiempo a que las raíces de la adicción se vayan formando fuertes y vayan penetrando en el cerebro del fumador, para así, cuando quieras salir definitivamente, ya te encuentres completamente atrapado. Con todo esto que hemos hablado, ya puedes comprender cómo hace muchos años caíste en la trampa, y por qué mucho de los fumadores que conoces no desean eliminar el hábito de sus vidas.
Lo primero que hace la adicción al conocerte es robarte la libertad haciéndote creer que puedes irte en cualquier momento
Son cadenas transparentes que con los años van cogiendo consistencia, y cuando ya te has dado cuenta, son difíciles de romper
P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook