Recuerdo perfectamente aquellas veces que me paraba a pensar muy seriamente en la idea de dejar de fumar. Motivos no me faltaban: de salud, económicos, etc. Pero por otra parte, imaginarme mi vida sin tabaco me daba pena. No sé cómo describirlo con exactitud, pero me invadía una profunda tristeza que me conducía a elaborar una imagen de mi futura vida sin tabaco sin ilusión, con enfado, con ansiedad, con esa sensación de que falta algo.
Éstas son de las cosas que los fumadores no suelen hablar, y menos con aquellos que nuncan han fumado. Este silencio tan generalizado que hemos llevado a cabo los fumadores respecto a nuestros sentimientos, nos ha empujado a sentirnos raros o a calificarnos como fumadores con más dificultad o más débiles para dejarlo en el momento que sentíamos cosas de este tipo.
Lo primero que he decirte con voz muy alta es que este tipo de pensamientos son complementamente NORMALES. Tú no eres un caso más grave o eres más débil por sentir estas cosas. Además, estos pensamientos son de gran ayuda y utilidad para comprender la adicción. Veamos…
¿Te das cuenta que la adicción tiene la capacidad de ponerte triste incluso antes de dejar de fumar? ¡¡Exacto!! Aún sigues fumando, aún tienes nicotina en sangre y el cigarrillo entre tus dedos y ya te puedes encontrar triste, con ansiedad… Es decir, son tus pensamientos los que te hacen que te encuentres mal, y no la falta de droga en tu cerebro. ¡MUY INTERESANTE!
¿Y si tu abstinencia al dejar de fumar proviniera más de tus pensamientos que de la falta de nicotina? Me gustaría que pensaras sobre ello un buen rato….
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¿Y si en vez de un parche o chicle de nicotina fuera más efectivo tratar esos pensamientos?
Bueno, para eso estamos en Fumabook. Te esperamos en el grupo, libro, vídeos y blog para abordar esta pena que sientes al dejar de fumar.
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