Hay fumadores que refieren no haber encontrado mucha dificultad a la hora de desprenderse del hábito de fumar. Es cierto, no es muy infrecuente toparnos con personas que han quedado absortas y sorprendidas ante la sencillez y simplicidad durante el proceso de liberación.
No pretendo ser aguafiestas, pero no hay que confiarse y tener muy presente ciertas cosas.
Esto suele suceder a edades o momentos tempranos, cuando aún la adicción no está completamente afianzada (normalmente en la década de los veinte o antes), en un momento de gran motivación (ante el nacimiento de un hijo, ante la sospecha de una enfermedad causada por el consumo de tabaco, ante la noticia de un embarazo, etc.) o en cualquier momento de la vida que, sin saber por qué, se produce de esa manera tan dócil.
El hecho de encontrarse con un objetivo fácil de superar presenta un enorme peligro: Al comprobar que dejar de fumar no cuesta tanto, a la mínima ocasión (un cumpleaños, una boda, etc.) vuelven a fumar, teniendo la certeza de que la próxima vez les costará el mismo esfuerzo dejarlo. Ésta es una de las grandes trampas del tabaco: “Te encierra en una cárcel dejándote la puerta abierta, haciéndote pensar que puedes entrar y salir cuando quieras”.
Pero, lamentablemente, esto no es así. El fumador suele confiarse, vuelve a fumar sin la sospecha de que la adicción se va agarrando fuertemente a su cerebro para que, en la próxima ocasión, no sea tan fácil desprenderse de él. Así, cuando han pasado los meses o los años, e intenta de nuevo dejarlo, el pobre fumador comprueba que le cuesta, que lo pasa mal, que la puerta que parecía estar abierta no lo estaba, y que su cerebro adicto le inunda de emociones y pensamientos negativos para que el miedo le invada y no se atreva a cruzar ese umbral.
Por todo ello, es muy importante tener muy claro que cuando se deja de fumar sin dificultad, la única opción que nos queda es dar gracias y no volver a coger uno nunca más en la vida. Lo que hoy te parece sencillo, mañana será un gran problema. Hay que aprovechar la oportunidad.
Cuando hablo con fumadores muy jóvenes sobre las dificultades y los malos ratos que nos encontramos ante la idea de dejar de fumar, suelen no comprender bien a qué me estoy refiriendo. Los jóvenes no comprenden el grado de complejidad que llega a alcanzar la dependencia a la nicotina. Siempre se piensa el “a mí no me pasará”. Tristemente cuando se dan cuenta ya es demasiado tarde.
Hay momentos en la vida en que dejar de fumar se convierte en una tarea sencilla. Si te ocurre eso tienes que sentirte muy afortunado y tener muy claro que la próxima vez no sucederá así. Recuerda tener muy presente los dos motivos principales que ocasionan las recaídas: estado emocional negativo y exceso de confianza.
P.M. Alles- Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook
A mi no me fue difícil dejar de fumar!! Gracias a P. M Alles y ael conjunto que forma el equipo de fumabook.. Gracias
ME ESTÁ COSTANDO TRABAJO PERO ESTOY DECIDIDA A LOGRARLO
Voy por este artículo, el 68, leyendo, poco a poco, desde el 1.
Me está ayudando mucho. Gracias
Seguramente seré una de las excepciones a la regla, pero después de más de 50 años fumando (cada uno de sus días, no recuerdo que haya habido ni un solo día que no lo haya hecho, incluso en el embarazo 😦 eran otros tiempos), se me cruzó el cable el 24 de diciembre y, POR PRIMERA VEZ EN MI VIDA FUMADORA, me propuse DEJAR DE FUMAR.
Me leí el «panfleto» que tiene el Ministerio de Sanidad
Haz clic para acceder a guiaTabaco.pdf
Hice anotaciones, fui mentalizándome, me puse de fecha inaplazable el 15 de enero (ni miré en que caía ni me acordé de que era el cumpleaños de mi cuñada je) y así hasta que llegó el día 1 enero, día que tenía que empezar a apuntar los cigarrillos que me fumaba. Llevaba ya unos años con una media de 8 y me resultó muy fácil estar esas 2 semanas con 5, incluso hubo días de 4 y 1 de 3.
Cada persona somos un mundo y yo seguramente tenga a mi favor algunas cosas que he ido adoptando en los últimos años, lo más importante:
* No fumaba en casa ni en espacios cerrados desde hace muchos años (ni en casas en que otros fumadores sí lo hacen), yo siempre me salía al exterior (qué raro se me hace hablar en pasado). Eso me ha ayudado a fumar muchísimo menos.
* La prohibición de fumar en bares y restaurantes no me enfadó, muy al contrario, me encantó, de nuevo se aplica el que ayuda a fumar muchísimo menos, salvo que estés todo el rato saliendo a fumar.
* Nunca he fumado en las terrazas de bares y restaurantes estando sentada a la mesa, siempre me he levantado y me he alejado de la zona.
Bueno, conforme escribo voy viendo que quizá sea (¡haya sido!) una fumadora atípica a pesar de esos más de 50 años haciéndolo.
Pues eso, que a lo del artículo, a pesar de todo no me está resultando demasiado difícil y llevo desde el 15 de enero sin fumar ni una sola calada y han habido 3 celebraciones de por medio.
Ojalá sea una NO FUMADORA PARA SIEMPRE.