¿No puedo o no quiero dejar de fumar?

dejar de fumar querer es poder.jpg

Hoy vamos a tocar un tema muy controvertido que no solo afecta al problema del tabaco, sino a a muchos aspectos de nuestra vida. Digo controvertido pues generará opiniones muy diversas y contrarias. Hablaremos sobre cosas que pondrán en «jaque» a algunas de tus creencias más consolidadas.

Muchas veces escuchamos decir de un fumador:

«hoy he tenido una tarde muy mala y no he podido soportarlo, me he fumado un cigarro».

¿Qué significado tiene el verbo «poder» en esta afirmación? Dedícale unos segundos por favor.

Recuerdo una frase que escuchaba con frecuencia durante mi adolescencia que era aquella de «Querer es Poder». Por entonces pensaba que era una tontería pues aunque yo quisiera volar como un pájaro, nunca iba a poder… dependía de la maldita fuerza de la gravedad y de dos grandes alas sobre mi espalda. Esta claro que no es una «verdad» aplicable a objetivos que están fuera de la realidad. Ahora bien, cuando algo solo «depende de mí» el «querer es poder» puede llegar a ser realmente posible. ¿A qué me refiero con esto?

Cuando yo me siento delante de una gran tarta de chocolate (o algo que me guste mucho) y me digo: «no debo comerlo, pero no «puedo» resistirme», realmente sí puedo negarme, lo que pasa es que hago un estudio rápido de la situación concluyendo que sí «quiero» comérmelo. Depende de ti y solo de ti decir «no» a ese trozo de tarta y claro que puedes negarte, lo cierto es que, en ese momento, no quieres o no te apetece sacrificarte. Así de claro y así de tajante.

Frente a un cigarro se plantea la misma situación. Lo que ocurre es que usamos nuestro nivel de sufrimiento (ansiedad, sufrimiento, etc) para convencernos a nosotros mismos y a los demás que no «podemos» evitarlo. Tristemente concluimos que no «queremos» seguir experimentado aquellas molestas sensaciones. Objetivamente si «puedes» soportarlas, te guste o no… es así. La capacidad de sufrimiento del ser humano es enorme, sin lugar a dudas.

Ya sabemos que la adicción se apodera de tu mente y es el que maneja los hilos de tu voluntad… un juez corrupto que siempre declara inocente al cigarrillo. Pero una vez conocemos a la figura del Carcelero y su forma de trabajar ¿Cómo no podemos plantarnos de una vez por todas?

Con todo esto no te digo que sea fácil, lo que quiero hacerte ver es que es posible… SE PUEDE… y claro que se puede, lo que ocurre es que tu Carcelero hace que NO QUIERAS sacrificarte y digas NO a ese cigarro que te mira con ojitos que te dicen «fúmame».

Ni tus problemas familiares, ni laborales te incapacitan para lograrlo, solo te dan alas para NO QUERER hacerlo. Es triste, es duro… pero es así. Nunca dispondremos de un artilugio para medir o pesar los problemas que sufren los seres humanos. Lo que sabemos es que, sean como sean, estos problemas siempre parecen lo suficientemente grandes como para justificar que uno siga fumando. En algún sitio debe estar el límite. Nuestras adversidades no pueden ser el eterno comodín para seguir fumando, no puede ser esa moneda de cambio por la que sigamos vendiendo nuestra salud y nuestra libertad.

A tu conjunto de creencias no le suelen gustar este tipo de artículos y, probablemente, en estos momentos no te sientas identificado en ese grupo de fumadores que se «aprovechan» de sus problemas para seguir fumando, haciéndote pensar que tu caso es especial.

Esto puede enojarte, y mucho, pero es la cruda realidad.

Tu puedes dejar de fumar, tan solo debes quererlo

El Carcelero es fuerte, pero no lo es tanto como para que no le puedas vencer

P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook

http://www.fumabook.com

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s