Dejar de fumar con Fuerza de Voluntad

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Una de las respuestas más universales que nos encontramos tras la habitual pregunta de “¿Cómo dejo de fumar?” es «Con Fuerza de Voluntad». En Google encontramos que la fuerza de voluntad es la “Capacidad humana para esforzarse lo necesario al hacer una cosa”. Acogiéndonos a esta definición podremos decir que: solo con fuerza de voluntad no se consigue vencer al tabaco. En efecto, la fuerza de voluntad es necesaria, pero completamente insuficiente para liquidar al tabaco. Expliquémoslo.

Imaginemos que queremos ir en bicicleta del punto A al punto en menos de 10 minutos.

Para ello hay dos caminos:

-Un camino corto pero con una pendiente en cuesta arriba muy empinada.

-Un camino largo en cuesta abajo.

Imaginemos que cogemos el primer camino y comenzamos a pedalear fuertemente, ponemos una gran fuerza de voluntad y sacrificio en emplear gran parte de nuestra energía. La cuesta es tan empinada que, a mitad de trayecto, se nos fatiga los músculos de las piernas, nos agotamos, y no podemos seguir pedaleando. Continuando el camino a pie, superando los 10 minutos y no logrando nuestro objetivo.

Imaginemos que tomamos el segundo camino más largo pero en cuesta abajo. Ponemos toda nuestra fuerza de voluntad y nuestro esfuerzo, y llegamos fácilmente antes de los 10 minutos estipulados.

Mi pregunta es la siguiente: ¿Ha sido determinante el uso de la fuerza de voluntad para conseguir nuestro objetivo? La respuesta es clara: NO. Esto mismo ocurriría si pusiéramos toda nuestra fuerza de voluntad pero pedaleando hacia atrás, tristemente ni nos moveríamos del sitio. Esto mismo les ocurre a muchísimas personas que intentan dejar de fumar. Se dejan la “piel” en el intento pero usando unas estrategias equivocadas y/o una dirección incorrecta.

¿Y qué ocurre cuando una persona no logra su objetivo a pesar de poner toda su fuerza de voluntad y sacrificio? Pues que se frustra, se desmotiva y construye la falsa conclusión de: Yo no puedo hacer esto, soy incapaz. Es claro, si haciendo lo que a los demás le han servido, yo no lo consigo… el problema soy yo. Esto nos baja la autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos, no queriendo intentar más lograr este objetivo. Esto es lo que le suele pasar a la gente que fracasa tras un intento de dejar de fumar.

Esto mismo que aplicamos a la “fuerza de voluntad” se puede generalizar a cualquier otro consejo que podamos dar como: beber mucha agua, comer frutas, hacer ejercicios, etc. Si yo no estoy comprendiendo el problema del tabaco correctamente y no estoy siguiendo la dirección adecuada, por mucha fuerza de voluntad, fruta, verdura, agua que me meta en el cuerpo, el resultado será el mismo: el fracaso.

Dejar de fumar requiere de conocimiento. En Fumabook intentamos compartir la verdad del mecanismo por el que la adicción nos bloquea la mente para dar el gran paso de obtener la libertad. Es necesario comprender y conocer cómo es nuestro enemigo para así después atacarle. Los demás consejos son complementos que pueden facilitar a “algunas” personas el tránsito, pero no podemos generalizarlos. Para muchas personas, realizar ejercicio físico le exige una gran descarga de fuerza de voluntad y sacrificio, bien por su constitución, sobrepeso o sedentarismo prolongado. No podemos añadirle otro gran objetivo sobre el que ya tienen de dejar de fumar, se colapsarían. Cada uno es un mundo completamente diferente.

La fuerza de voluntad no es una varita mágica que logre el milagro de vencer al tabaco

Es necesario apuntar hacia la dirección correcta, tomar el camino más favorable y pedalear hacia adelante

P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook

www.fumabook.com

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