Lo primero que debemos saber es que el tabaco, en contra de lo que piensan muchos, es un estimulante del sistema nervioso central, y eso altera el sueño. No obstante, cuando dejamos de fumar, la abstinencia puede hacernos empeorar nuestra calidad del sueño (esto no ocurre siempre), pudiéndonos entorpecer el inicio y/o provocando aislados despertares. Soñar con fumar es otra de las alteraciones que suelen aparecer en los primeros meses. Todos estos inconvenientes suelen convertirse en un motivo más para volver a fumar. ¡No lo hagas! Todos estos efectos son normales e irán desapareciendo con el tiempo. Sólo te hará falta un poco de paciencia. Veamos ahora esos 11 consejos generales que te ayudarán a tener una mejor calidad en tu descanso (sigue en pág.2):