
Imagina por un momento que un grupo de médicos de una conocida Universidad estadounidense inventa un equipo que tras ser conectado a tu cuerpo, emite una serie de impulsos electromagnéticos que, con solo apretar un botón, te hace dejar de fumar sin esfuerzo alguno. Y lo mejor de todo, el precio es ridículo, lo equivalente a una cajetilla de cigarrillos. Cada persona puede aplicarse el tratamiento las veces que quiera.
¿Qué ocurriría con casi toda probabilidad?
Pues que la gente volvería a fumar 500 veces y 500 veces volvería a someterse al tratamiento. «Mañana es la boda de mi hermano, voy a fumar toda la semana y el domingo le doy al botón», » Nos vamos de viaje al Caribe, voy a fumar lo que quiera y al volver le doy al botón «…
¿Qué nos muestra esto? Pues que, por lo general, la gente no comprende de qué trata esta enfermedad. Si el fumador comprendiera que se fuma como consecuencia de un trastorno mental adictivo y no por puro placer, desearía darle una sola vez al botón para curarse para siempre, no deseando volver a coger un cigarro.
Esto demuestra que AL FUMADOR NO LE HACE FALTA UN TRATAMIENTO RÁPIDO Y EFICAZ, NO LE SERVIRÍA DE NADA. A día de hoy no existe, pero no importa, sería inútil. Lo único que necesita saber e interiorizar el fumador es que es un enfermo y que esta enfermedad le obliga a fumar. Una vez se integra correctamente esta idea, cualquiera puede dejar de fumar de una forma más sencilla de lo que puede imaginar. Si te lo propones, te puedes beber a la adicción de un trago.
Piénsalo bien…
Excelente reflexión!!