¿Cómo actuar ante una caída?

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En la vida es normal cometer errores. A veces, estos errores involucran a otras personas, tanto en las causas como en los efectos que puedan ocasionar. Por ello a veces no son tan fáciles de gestionar.

Por el contrario, al generar un fallo al dejar de fumar no dependemos de nadie. En nosotros está la génesis y la resolución del conflicto, y eso es una muy buena noticia. No tenemos que esperar que nadie cambie por nosotros, ni que nos perdonen ni esperar un tiempo para que digieran el tropiezo. En esto estamos solos y nos viene muy bien. Ahora bien, ¿qué tenemos que hacer?

Las Causas

Analizar las causas de nuestro tropiezo es muy conveniente para dejar que nuestro Aprendizaje siga su curso. De este modo, si en el punto del aprendizaje donde nos situamos existe algún estímulo o grupo de estímulos que nos pueden hacer caer, deberemos evitarlos. Por ejemplo, si me voy de copas con los amigos hasta las cuatro de la mañana e ingiero grandes cantidades de alcohol y me fumo unos cigarros, de momento deberé evitar esas situaciones. No te agobies, estos cambios serán temporales. Además, no olvides cumplir nuestras recomendaciones básicas: no tener cigarrillos en casa, establecer un contrato previo con los familiares fumadores, cambio de rutinas, nuevas actividades, etc.

Cuando la causa no se pueda evitar, por ejemplo, una discusión muy fuerte con la pareja, o porque nos sintamos muy mal por los síntomas de la abstinencia, aplicaremos las recomendaciones del libro: control del pensamiento, distracción, respiraciones, relajación y ese trabajo de fondo con el diario personal sobre las creencias erróneas del tipo: fumar me relaja, fumar me ayuda a sobrellevar las situaciones adversas, etc.

Las Consecuencias

Fumarse uno, cinco o treinta cigarrillos en un momento de debilidad no hace que una persona que lleva varias semanas, meses o años vuelva a fumar. Lo que hace que te conviertas de nuevo en un fumador es la gestión, el valor y el significado que tú hagas y le des a esa situación de caída. Los tres consejos generales a aplicar son:

– No generar Culpa: sentir culpa es el principal responsable de que uno vuelva a ser fumador. Es la emoción negativa que usa nuestro cerebro adicto para volver a someternos. Debes convertir parte de la culpa en «calma», aceptando que el error es parte esencial de un aprendizaje, de donde emana parte importante del nuevo conocimiento. Y transforma la otra parte de la culpa en «enojo» contra el cerebro adicto (el Carcelero) que intenta de nuevo someternos y dominarnos.

– No pidas perdón a nadie, ni a ti mismo: al pedir perdón asumes tu culpa, y la culpa no está permitida.

– No empieces de cero: el aprendizaje es acumulativo. Es un gran error muy extendido creer que cuando uno se fuma un cigarrillo debe empezar desde el principio. Eso es falso, el conocimiento adquirido se acumula. Creer lo contrario nos hacer ver el reto más grande. Es como escalar una montaña y, a medio camino, caer y tener que volver a trepar desde abajo del todo, mirando a la cima y observando todo el camino que habíamos hecho y ahora tenenos que volver a recorrer. Evita esta perspectiva tan contraproducente que te hace pensar que todo lo que has hecho hasta el momento no ha servido para nada.

Otra recomendación que te hago es que intentes elegir a alguien de máxima confianza de tu entorno o al grupo grupo-fumabook de apoyo online para acudir cuando veas que hay un peligro inminente de encenderte un cigarrillo. Esto te ayudará a recuperar consciencia y control sobre la situación. Tienes que hacer un esfuerzo en dar este paso previo a la caída.

Para terminar, es necesario que hagas una profunda y humilde reflexión. Muchas veces aseguramos que no tenemos control sobre una situación de caída, y eso no es cierto. Tenemos que reconocer que, a pesar de la influencia del cerebro adicto, somos nosotros los que en última instancia sacamos el cigarrillo de la cajetilla, tomamos el mechero, lo encendemos, lo aproximamos y succionamos el aire. Nadie nos maneja por control remoto, nadie mueve nuestros hilos. Obviamente, interrumpir esa cadena o secuencia de conductas cuando ya estamos con el cigarrillo entre los labios puede ser complicado, pero seguro que hay señales o pasos previos donde sí que podremos actuar. Es decir, si estoy plácidamente en el sofá, y en ese momento me viene el pensamiento sobre fumar, ahí es donde tengo que actuar, y no quince minutos después cuando mi deseo de fumar, mi ansiedad y mi descontrol se han acentuado.  Analiza que estabas haciendo o pensando diez minutos antes de la caída y evita la próxima vez que evolucione a una situación de pérdida de control.

Recuerda: de los errores emanan buena parte del conocimiento que te hará adquirir el aprendizaje para vivir una nueva vida sin droga

http://www.fumabook.com

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