Según la Real Academia de la Lengua Española la Humildad es:
«La Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento».
A la hora de liberarnos del tabaco esto es fundamental. Vamos a explicarlo.
Cuando una persona es adicta a la nicotina, su cerebro es capaz de desarrollar creencias falsas sobre el tabaco (sobre sus peligros y otros aspectos), sobre su capacidad para dejarlo y/o sobre las consecuencias de vivir sin fumar. Esto, a efectos, es una limitación y una debilidad frente a las personas no adictas, que impide ver la realidad con claridad y acabar con el consumo con facilidad.
Por ello, conocer estas limitaciones y debilidades, es decir, adoptar una postura humilde frente a la adicción, es fundamental para lograr vencer al tabaco. Partir el camino de la liberación agarrado fuertemente a esas creencias erróneas es un mal punto de partida.
No se puede dejar de fumar estando fuertemente convencido que fumar es un placer o algo bueno, que tu vida será una miseria sin fumar, o que no tienes la fuerza de voluntad suficiente para conseguirlo, etc.
No te pido que no tengas dudas y ciertos miedos, tan solo pretendo que pongas en tela de juicio todas esas afirmaciones que posees y que te dirigen a seguir fumando. El tabaco, la adicción, te engaña, te manipula. Si no posees la humildad suficiente para reconocerlo, te será más difícil conseguir liberarte de la droga.
Dentro de ti vive tu verdadero Ser, atado y amordazado desde hace muchos años. Si cortas el consumo de nicotina, con los meses y los años, tus cadenas se romperán poco a poco y podrás controlar de nuevo tu vida