
Si hay una fecha frecuente elegida para iniciar una nueva vida sin tabaco, esa es la correspondiente al 1 de enero. Suele aprovecharse el factor motivacional que proyecta el inicio de un nuevo año libre de humos. Parece como si tuviéramos la oportunidad de comenzar una nueva etapa en un día señalado cargado de nuevas intenciones. Ahora la pregunta es: ¿Supone el 1 de enero un buen día para dejar de fumar?
Lo primero que vamos a decir es que no poseemos la verdad universal para responder a esa cuestión, pero lo que sí haremos es dar una explicación adecuada a la filosofía propia de Fumabook. Siempre decimos que el día para dejar de fumar debe de ser elegido por nosotros, y no por el cerebro adicto. El día 1 de enero suele ser una consecuencia de la estrategia habitual que nos propone la adicción, y que es la de ir eligiendo días señalados para dejar de fumar.Así, solemos ir del 1 de enero a después de las vacaciones de Semana Santa, de ahí al día de nuestro cumpleaños, después tras las fiestas de nuestro pueblo, luego al final de las vacaciones y, cuando esto llega, volvemos a poner el 1 de enero. Esta estrategia de retrasar el momento sobre días señalados es la metodología mejor y preferida por el cerebro adicto. Así te mantiene la «intención» sobre una fecha para hacerte creer que algo estás haciendo, pero luego esta intención no se materializa en una realidad. Te engaña continuamente. Por eso Fumabook no recomienda el 1 de enero como día clave ni ninguna otra fecha que tenga un significado especial.
Al cerebro adicto le encanta coger una fecha futura, lo importante es que no sea ni hoy ni mañana, eso a él no le interesa. No nos incita a elegir un día «extraño» (por ejemplo el 17 de enero), suele motivarnos a elegirlo coincidiendo con algún evento especial. Su truco es maravilloso. Primero te lanza a un día más adelante, por ejemplo, el 1 de enero, y cuando llegue ese día, te inundará de miedo y te convencerá para que lo traslades a la siguiente fecha importante.
Piénsalo por un momento. El día uno de enero aún quedarán sobras de la comida; quizás quedes con amigos o familiares, etc. Después queda el día de la cabalgata de los Reyes Magos, y el 6 de enero, que quedaremos con la gente para compartir regalos y probablemente comamos con algunos de ellos. ¿De verdad crees que aguantarás estar todos esos días sin fumar?
Al día 8 de enero volverás al trabajo después de unos días de fiesta, y claro, no será tampoco un día ideal, y tristemente nos veremos obligado a lanzar el proyecto a dos o tres meses más adelante. ¡Otra vez hemos caído en la trampa del cerebro adicto! ¿Cómo lo evitamos? Eligiendo un día cualquiera que no tenga significado ninguno. Somos nosotros los que tenemos que determinar el día y no nuestra adicción.
¿Por que nos da miedo dejarlo mañana? ¿Por pasar las Navidades sin fumar? Tarde o temprano dejar de fumar te hará estar algo incómodo algún periodo que sea relevante. Si no son las Navidades será el fin de año, si no las fiestas de tu pueblo, o la semana santa, o el verano, o las vacaciones, o un viaje programado, o la boda de tu prima o el día de tu cumpleaños. Al fin y al cabo el sacrificio llegará y cuanto antes lo hagas antes te lo habrás quitado de encima.
Cierra los ojos y viaja con tu mente al día 1 de enero. ¿De verdad piensas que vas a tener ganas de dejar de fumar? ¿De verdad crees que será más fácil por el hecho de motivarte un nuevo año? El cerebro adicto se encargará de aguarte la fiesta. Cuando llegue el día te dejarás convencer por lo que sea (puede ser cualquier escusa) y estarás totalmente seguro que al final no será un día adecuado para intentarlo. Normalmente la motivación de dejarlo un 1 de enero por eso de entrar en un nuevo año suele diluirse ante los primeros síntomas de la abstinencia. Más que una motivación tan frágil, el fumador ha de levantar el proyecto sobre la motivación intrínseca que citamos en el material acompañándola con una buena preparación. Hay determinadas personas que lo logran empezando el 1 de enero, pero supone un porcentaje mínimo de los millones que lo intentan en esa fecha tan señalada. Prepárate bien y déjalo cuando estés listo, caiga donde caiga pero sin más demoras.
Debes iniciar una profunda reflexión sobre la posibilidad de dejarlo por ejemplo el 22 o el 29 de diciembre. ¿De verdad que te dejarás llevar por el desánimo de pensar en una cena en Nochebuena o Nochevieja con la familia triste y amargado sin tu cigarro en la boca? Ese pensamiento es «Cerebro adicto» puro y duro. ¿Volverás a permitir que decida por ti? El día 19, 20, 21,22 o 28 son magníficos. ¿Por qué no?
No olvides dejar de fumar por ti, y por nadie más.
Tú debes ser el que elija el día
El día 1 es un buen día para tu enemigo (el cerebro adicto), no para ti
P.M. Alles – Psicólogo y escritor del manual para dejar de fumar: Fumabook