Soy el doctor Camacho, su médico. Me ha llegado el resultado de sus pruebas. Lamento comunicarle que no han salido como esperábamos, la cosa no está bien, tiene una grave patología. La buena noticia es que existe una opción de tratamiento, aunque no muy prometedora. Para controlar su enfermedad va a tener que seguir minuciosa y escrupulosamente las siguientes recomendaciones. Escuche atento por favor:
– Deberá tomar un medicamento muy potente por boca cada 30 minutos. No se preocupe si tiene un sabor desagradable, con el tiempo se acostumbrará. Como puede ser contraproducente para las personas que le rodea, tendrá que salir del lugar donde esté (cine, restaurante, lugar de trabajo, etc) para no perjudicarlos.
– El tratamiento no está subvencionado, lo tendrá que pagar usted, unos 150 euros al mes de por vida, más de 80.000 € en total.
– Este medicamento tiene efectos secundarios muy importantes, entre ellos: tos, dificultad respiratoria, enfisema pulmonar, bronquitis crónica, cáncer, accidentes cardiovasculares, aborto, problemas digestivos, etc.
– El uso continuado del tratamiento produce la muerte a la mitad (el 50 %) de los pacientes que lo toman.
– El consumo de este fármaco produce halitosis o mal aliento, así como mal olor en ropa y cabello.
– El tratamiento tiene la cualidad de alterar la capacidad de apreciar el sabor y olor de los alimentos.
-Con el paso de los años, su piel envejecerá a mayor velocidad.
¿Está dispuesto usted a tomar estas pastillas?
Si acudiera al médico y recibiera esta noticia, usted y su familia lo recibiría como una auténtica tragedia.
Cuando una persona fuma, asume todas estas condiciones pero con la salvedad de no estar recibiendo ningún tratamiento que le esté salvando la vida ante una grave enfermedad. ¿No es esta situación sorprendente?
No pretendo decir más. Saque sus conclusiones.
FUMABOOK 