Consejos para vagos

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Soy consciente que hay fumadores que se niegan a realizar un trabajo serio y profundo para superar su adicción. Por eso, para estas personas recomiendo, al menos, leer y llevar a cabo estas recomendaciones:

  1. Entender que se fuma por padecer de una drogadicción. Esta enfermedad produce “necesidad de droga”. Si no se satisface esta necesidad, se pasa mal (sensaciones negativas o síntomas de la abstinencia). Debemos saber que fumar no gusta ni aporta placer, solo satisface esta necesidad haciendo desaparecer estas sensaciones negativas. El objetivo de la persona al dejar de fumar es dejar de satisfacer esta necesidad, pues con el tiempo, si no se aporta nuevas dosis al cuerpo (ni puntualmente) desaparecerá y ya la persona no lo pasará mal, habiendo superado la adicción.
  2. El motivo principal por el que la persona quiera dejarlo debe ser superar la adicción, no por el miedo a enfermar o morir, o por el hecho de contentar a la familia. Estos últimos pueden ser un refuerzo, pero el objetivo principal debe dejar de ser un drogadicto. Al lograr esto, lo demás vendrá solo.
  3. Un síntoma de que el primer y segundo punto han sido bien comprendidos se manifiesta en la forma en que el fumador expresa su intención de dejar de fumar. El fumador que afirma que “tiene” que dejar de fumar aún sigue pensando que fumar le gusta, le es placentero y lo deja por la “salud”. El fumador que “quiere” dejar de fumar suele tener interiorizado mayormente que es víctima de la adicción y quiere salir de ella. Por eso, tu QUERER debe pesar más que tu “TENER” que dejar de fumar. Se deja de fumar por convencimiento, no por obligación.
  4. El fumador debe querer dejar de fumar entendiendo que a la adicción no se le puede controlar, es decir, no habrá cigarrillos sueltos ni ocasiones especiales que lo justifiquen (ni buenos ni malos). Si no, no habría recuperación de la adicción. Se deja de fumar para no fumar nunca más.
  5. La motivación como energía que te impulsa no es tan importante al dejar de fumar. Lo relevante es la motivación como conjunto de motivos que te hacen dejarlo. Los motivos siempre deben ir orientados a superar la adicción y no a contentar ni a dar buen ejemplo a nadie, ni a parejas ni a hijos.
  6. La fuerza de voluntad es necesaria para dejar de fumar en los momentos “fáciles” pero no es clave en el proceso ya que no sirve para superar los momentos más duros. Es el aprendizaje de la persona frente a estas situaciones de mayor dificultad la que le proporcionarán la experiencia para lograrlo poco a poco.
  7. Pon una fecha dentro de 21 días que no tenga ningún significado para ti, donde caiga.
  8. Déjalo de golpe siempre, a no ser que sientas mucho miedo y quieras hacer una reducción durante solo una semana de manera muy programada y llevada a rajatabla, con fecha de inicio y de fin, y número de cigarrillos de cada día previamente cerrados.
  9. A partir del primer día sin fumar, cambia tus escenarios o el número mayor de elementos de cada uno de tus escenarios donde usualmente fumabas o donde creías que más te gustaba fumar. Por ejemplo, el cigarrillo del café de la mañana, podría ser susceptible de un cambio radical de escenario decidiendo no desayunar o cambiando solo algunos elementos, por ejemplo el lugar, la hora, el contenido, etc. Cuanto mayor sea el cambio, mejor.
  10. No sustituyas tabaco por comida ni caramelos. Durante los primeros cinco días podrás ayudarte algo, pero después puede ser muy contraproducente.
  11. Planifica actividades para los momentos libres. El aburrimiento o la inactividad es la mejor amiga de la adicción. No pongas ninguna excusa ante esto.
  12. No estés todo el día lamentando lo mal que estás y todo lo que echas de menos el tabaco.
  13. Si decides fumar, antes, rellena la hoja de rescate que encontrarás en http://www.fumabook en su menú, en herramientas para el libro. Estos momentos son en los que la fuerza de voluntad es inútil. Aquí el objetivo no es “no fumar”, sino recuperar el nivel de consciencia para poder decidir de la manera más acertada posible. Para ello, la hoja de rescate te ayudará en la adquisición de ese Aprendizaje tan importante que deberás adquirir. Si definitivamente decides fumar, nunca pidas tabaco, cómpralo tú. Fúmatelo pasado 24 horas, al menos 1 hora. Si no es algo puntual vuelve a fumar la misma cantidad que fumabas antes de dejarlo, nunca menos.
  14. Cuando te des cuenta del error que has cometido tras fumar, sea 1 o 1000 cigarrillos, libérate de la culpa y la vergüenza y sigue sin fumar. El humo de un puñado de cigarrillos no tiene el poder de reactivar la adicción, la CULPA sí.
  15. No te pongas límites temporales imaginarios de sobre cuando te debes encontrar mejor, todo llegará, cada cuerpo es un mundo.
  16. Tras lo primero meses de dejar de fumar, muchos caen ante problemas personales o por la sensación de poder controlar unos pocos sin peligro de caer. ¡No lo hagas! Lo más probable es que te conviertas de nuevo en un fumador crónico.
  17. Puedes acudir a tu médico para un soporte farmacológico (pastillas). Te podrán ayudar en algunos casos, pero nunca obrarán el milagro de quitarte las ganas de fumar. La adicción se supera dejando de satisfacer la necesidad mediante el cigarrillo. Es cuestión de tiempo.
  18. No uses nunca un cigarrillo electrónico o vapeador para dejar de fumar.
  19. Todos los fumadores creen tener los motivos suficientes para explicar por qué les cuesta tanto dejar de fumar. La base psicológica de la adicción trata justamente de eso, de construir un relato personalizado a las características y situaciones de la persona para hacerse indispensable. Éste es motivo por el que no deberás hacer caso a lo que te dice tu mente adicta. Pon fecha y adelante.
  20. Ten muy claro que el que ha sido fumador NO debe serlo para toda la vida. En el momento que la necesidad de droga desaparece, la persona puede disfrutar de una vida como cualquier otra que jamás ha fumado.

Más información en http://www.fumabook.com