Hoy es el día en que puedes mirarle a sus ojos y gritarle que nunca más vas a ceder a sus chantajes. Mira cómo es él. Mientras tú eres bueno y confiado, él sigue manteniéndote amordazado, riéndose de ti a cada inhalación de humo que le vas regalando. Hasta ahora hemos usado la metáfora del zulo y del Carcelero para comprender cómo ha funcionado tu adicción hasta el día de hoy. En las próximas fechas deberás comenzar el viaje hacía tu Libertad. A partir de ese momento, el Carcelero usará otras artimañas para que desistas, te rindas y retrocedas, haciéndote regresar a su zulo para que le sigas dando la droga.
Estamos hablando, volviendo al Mito de la Caverna de Platón, de ese camino donde, poco a poco, deberás ir acostumbrándote a esa “verdad” (o intensa luz) que, al principio, te cegará sumergiéndote en una aparente y falsa oscuridad. Para ello usaremos la siguiente metáfora.