Todo ello “puede” que se traduzca en la sensación de que, al dejar de fumar, tengas que cruzar por un túnel totalmente oscuro, donde no veas nada. Caminarás con el miedo a caer en algún pozo oculto. Sentirás que pisas cosas extrañas. Oirás crujidos y ruidos raros en medio de la oscuridad. Tendrás la sensación de que el Carcelero te persigue a cada paso, y aparecerá con mucha fuerza en los momentos más difíciles durante las primeras semanas o incluso meses. Si te haces consciente de la existencia de estas creencias erróneas, las trabajas y te niegas a caer en el engaño al que te somete el Carcelero, pronto podrás comprobar cómo, paulatinamente, al final del túnel, irá apareciendo una luz que te dará fuerzas y esperanzas para seguir luchando y trabajando. (No será otra cosa que el principio del final del engaño, donde empezarás a acostumbrarte a esa claridad que existe fuera de tu zulo).
FUMABOOK 