Tal y como has hecho durante la lectura de estos capítulos anteriores, debes seguir fumando hasta que finalices el libro. El motivo es que, tu Carcelero (tu cerebro adicto), siga contento y feliz con su dosis de nicotina mientras tú te informas de cómo él funciona y cuáles son sus puntos débiles. Si hubieras dejado de fumar al principio o mitad de la lectura, el dictador hubiera proclamado el estado de alarma, habiendo desplegado toda su artillería. Tus creencias erróneas se habrían amplificado y tú ahora mismo estarías en un estado en el que su influencia distorsionaría de una forma más poderosa la forma de interpretar lo que aquí estás leyendo. Mientras esté distraído, no nos podrá molestar.
Ahora vamos a pasar al segundo bloque del libro donde ya trataremos asuntos más prácticos y palpables referidos al proceso de dejar de fumar.