¿Cómo debemos tratar esos pensamientos erróneos?
En días anteriores explicamos cómo nuestra mente elabora un conjunto de pensamientos erróneos para poder justificar el consumo de tabaco a pesar de la información que conocemos y que lo desaconseja. Estos pensamientos son distintos en cada ser humano, pues la adicción se sujeta fuertemente a los argumentos que tiene a su alcance, concretamente se fija a las debilidades o circunstancias personales de cada uno (ej: no puedo dejar de fumar porque soy muy tímido; no puedo dejar de fumar porque cuido de mi madre que está enferma). Así, hay fumadores que respaldan su consumo bien por sus problemas en casa, en el trabajo o el que corresponda según cómo sea la vida de cada uno. Esta circunstancia hace que muchos fumadores crean tener más motivo o se sientan más justificados para poder seguir fumando. Cada uno ve sus propias condiciones como más “complicadas” para poder dejar de fumar. En base a esto, diremos dos cosas muy importantes: