La respuesta a esta pregunta no es fácil, pues antes tendríamos que conocer qué ocurre exactamente en cada caso. Solemos atender a la «fuerza de voluntad» o al «espíritu de sacrificio» para explicar este tipo de hechos. Pero esto, además de ser erróneo, es tremendamente injusto y no recomendable. (Explicaremos el concepto de «fuerza de voluntad» en otro post -leer aquí-) (sigue en pág.4)