Esta circunstancia que hace innecesario que dos fumadores discutan sobre la manera de experimentar la deshabituación del tabaco, también explica por qué no es nada conveniente en seguir los consejos de los demás para dejar de fumar. ¿Qué pasaría si el sujeto B le diera consejos al sujeto A? Pues que no le vendrían bien, pues quizás el sujeto menos preparado físicamente necesitaría una técnica más refinada para compensar su menor fuerza muscular, y no la forma de hacer del piragüista que «tira» más de músculo.
(Sigue en pág. 7)
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FUMABOOK 
Lo tengo en cuenta, muchas gracias
Estoy capacitando me!
MUY CIERTO
Está claro que sin saberlo he estado preparándome para el gran día durante mucho tiempo, soy como el sujeto B:
– Dejé de fumar en casa, donde pasó la mayor parte del día, hace muchos años.
– El punto anterior supuso reducir mucho el número de cigarrillos. Si me apetecía fumar tenía que levantarme del ordenador y salirme al balcón o a la calle y eso me daba «pereza».
– Si en mi casa no fumaba tampoco iba a hacerlo en casas que visitaba, por mucho que en ellas sí se fumase.
– Cuando prohibieron fumar en bares y restaurantes yo no me enfadé, muy al contrario, me alegro la normativa, así fumaría mucho menos también.
– En bares y restaurantes con terraza tampoco he fumado estando en la mesa, cuando me apetecía me levantaba y alejaba para hacerlo.
Ya hice un comentario parecido en el artículo «Dejar de fumar me ha sido (está resultando) más fácil de lo que pensaba».
Aunque solo llevo 2 semanas (hoy se cumplen) y hay momentos «chungos» y, por supuesto asumiendo que aún me queda mucho que superar, pienso que esa preparación y la de las 2 semanas anteriores al gran día me están ayudando a llevarlo «tan bien».
1. Decisión
2. Mentalización
3. Aceptación de la dificultad
4. Planificación
5. Ejecución
6. No bajar la guardia, ni ceder a la tentación: ¡ni una calada más!