En primer lugar tenemos que entender que el tabaco, aquello que estamos a punto de despedir de nuestra vida, no es algo bueno para nosotros. Para ello es vital comprender que fumar no es una fuente de placer, sino más bien un remedio fugaz para una cruel necesidad que el propio tabaco provoca (se recomienda leer el siguiente post aquí) (sigue en pág.4)