Llegado el momento en que el sujeto quiere dejarlo, se da cuenta que sufre por ello (síntomas de la abstinencia), con lo que decide seguir fumando a la espera de un momento mejor, más adecuado. Mientras, en su cabeza, se enfrentan dos realidades incompatibles: “Fumar” y “Pensar que estamos haciendo mal por fumar”. Los seres humanos tienden a resolver estos desencuentros internos. Imaginemos que estos dos elementos son los dos platillos de una balanza desequilibrada que nos vemos forzados a equilibrar. ¿Qué opciones tendríamos para resolver esta incongruencia interna? (sigue en pág. 7)
Yo he resuelto el problema de un plumazo,. Dije, no mas tabaco en mi vida. Si es no, es no.